—¡Jinx! ¡Jinx! ¡Jiiinx! Joder, ¿Segura que respira?— Si, Ava, por Dios. ¡Qué solo tiene fiebre!
Abro los ojos con cierta dificultad, dos pares de ojos de distintos tonos me observan preocupadas a mi lado. Liberty pone un paño sobre mi frente y Ava parece suspirar aliviada, paso la lengua por mis labios resecos a causa de la fiebre.
Todo había sido un sueño. Un jodido sueño.
— Deberías quedarte en cama esta mañana, estás ardiendo en fiebre.
—Me duele todo.— me quejo mientras me remuevo con dificultad sobre las sábanas— ¿Qué hora es?
Ava se pone de pie y saca su móvil del bolsillo trasero de sus pantalones.
—Las 10 pasadas.
—¡Dios! ¡Blitz!— salgo con tanta rapidez de la cama que al pisar el suelo tengo que cerrar los ojos debido al mareo que me acaba de producir eso — Se me olvidó que había quedado para desayunar con él.
— ¿Pero tu estás bien de la cabeza? Estás en la mierda, Jinx, no puedes salir con ese aspecto a la calle.
—Ava, con un baño y un poco de maquillaje me veré como nueva...o eso es lo que intentaré hacer.
—No me refiero a tu aspecto, me refiero a que estás ardiendo en fiebre y puedes colapsar en cualquier momento.
—Ella tiene razón, cari.— Liberty me abre la puerta para poder salir de la habitación — Pero como últimamente estás muy cabezota paso de llevarte la contraria.
— Estaré bien, podré soportarlo. Sabéis de que hoy tengo que encontrarme con Patrick de todas formas y no puedo faltar.
Las dos asienten y me dejan con lo mío después de nuestro pequeño debate. Para ser sincera, me sentía como el culo y por más que la idea de quedarme en cama era de lo más tentadora no podía darme ese privilegio. Mientras enjabono mi cuerpo refresco un poco mi memoria, ¿cómo diablos llegué a soñar eso?
Su voz, el toque de sus dedos vagando por mi piel y sus besos habían sido una señal para que las partículas de mi cuerpo reaccionaran a su tacto aún cuando fue todo producto de mi imaginación. Normalmente, cada vez que soñaba sabía que lo estaba haciendo, es raro, pero cada vez que me iba a cama y mi mente comenzaba a imaginar cosas siempre era consciente de que todo era producto de un sueño pero esto había ido mucho más allá de tal forma que no lo vi venir. En todo momento pensé que de verdad tenía a Strom sobre mi torturándome a cada segundo. Ese sueño se había sentido tan real que asustaba.
¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?
Debo ser demasiado masoquista para desearlo aun después de todo lo que me ha hecho.
Bebo un poco de agua cuando el semáforo se pone en rojo, antes de salir de casa mis amigas se aseguraron de que mi vestimenta fuera de lo más cómoda y abrigada posible. Y la verdad es que odiaba vestirme así pero no puedo quejarme mucho esta vez, por lo menos el vestido largo que llevaba se ajustaba a mi figura y el abrigo rojo me daba un poco de vida. Echo un vistazo a mis pies cuando le doy al acelerador para retomar el trayecto, hoy iba a verme más enana que un pitufo con los tenis blancos que me había puesto pero con lo mucho que me dolían los huesos era imposible que llevara tacones.
El sonido de mi móvil hace frunza el ceño, le doy al altavoz y respondo.—Blitz, estoy de camino, lo siento no...
—Oh, no te preocupes, también me surgió algo. Ahora mismo voy a encontrarme con Patrick, estoy de camino a su oficina.
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Cuidado con el alemán #1
RomanceEn edición. Primer libro de la trilogía Cuidado. Decidme que ese de ahí no es el jodido alemán que me trastornó la cabeza en mi adolescencia. Por Dios, decidme que ese que va acompañado de una avispa andante no es el mismo idiota que pasaba de mi cu...