Me había cruzado con muchos hombres en mi vida, sólo tuve tres relaciones serias y aunque ninguna acabó en malos términos, nunca me costó superar el final de esas relaciones. Eso no significaba que no llegué a sentir afecto por cada uno de ellos, el cariño era distinto, uno me hizo llorar más que otro y solo con uno de ellos llegué a durar tres años.Pero creo que nunca llegué a amarlos.
Ahora estaba delante de la puerta de la única persona que había amado en mi vida, con la esperanza de abrir un nuevo capítulo y continuar con nuestra historia. Esta vez quería que fuera diferente, sin misterios ni hermanos codiciosos de por medio, pero tenía miedo de que él no quisiera hacerlo.
El día en que él se fue de España, se llevó un mensaje erróneo de mí, seguramente pensó que al no verme en el aeropuerto significaba que no quería saber nada más de él y para cuando di con su carta ya era demasiado tarde. Aun así, había ido al aeropuerto varias horas después aún sabiendo que lo más probable es que no ya no estuviese ahí.
¿Querrá verme?
Tomo una gran bocanada de aire y aclaro mi garganta varias veces, sentía las palmas de mis manos sudorosas debido a la ansiedad que me había producido todo este viaje hasta aquí. No había sido fácil hacerles entender a mi hermano y a mi madre lo que significaba Strom Ackermann para mí. Por suerte, siempre contaba con el apoyo de Ava y Liberty que no dudaron en ayudarme a conseguir un vuelo dos días después de que Blitz me proporcionase la dirección de su hermano.
Era sábado por la noche, había pasado toda la mañana en el hotel al que me había dirigido apenas llegué a Berlín con una maleta y un pequeño bolso de mano. No tardo más y me dispongo a tocar el timbre de su casa que era muy bonita a pesar de que se situaba un poco a las afueras de la ciudad.
Repaso mi vestimenta mentalmente una vez que empiezo a escuchar pasos acercándose a la entrada. ¿Habrá sido buena idea hacerle caso a Ava al ponerme esta ropa?
Mi respiración se queda congelada por unos instantes, parpadeo más de una vez para asegurarme de que era real lo que estaba viendo. Era él, estaba de pie delante de mí con una camiseta interior blanca de tirantes y unos pantalones negros, estaba tan sorprendido como yo lo estaba.
— Hola. — es lo único que consigo pronunciar, moría de ganas por abrazarlo.
— Jinx, ¿qué haces aquí?
— Blitz...Él me dio esta dirección.
— ¿Mi hermano? — enarca una ceja en mi dirección antes de abrir un poco más la puerta de su casa.
— Si, él ya me contó todo lo que pasó. — me llevo un mechón de pelo detrás de la oreja, al parecer mis zapatos azules eran más interesantes que verle los ojos a Strom. — Lo siento mucho.
Con un poco de temor me atrevo a levantar la barbilla para por fin mirarle a la cara, mis palabras parecen causar un efecto en él.
¿No va a invitarme a entrar?
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Cuidado con el alemán #1
RomanceEn edición. Primer libro de la trilogía Cuidado. Decidme que ese de ahí no es el jodido alemán que me trastornó la cabeza en mi adolescencia. Por Dios, decidme que ese que va acompañado de una avispa andante no es el mismo idiota que pasaba de mi cu...