Capítulo 56

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Actualicé el capítulo anterior. Te recomiendo ir a leerlo.

 Song: Fleurie - Hurricane 

 Song: Fleurie - Hurricane 

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Lo había imaginado todo.

Mi visión es borrosa, por un momento tuve la vaga idea de darle una oportunidad pero me estaría fallando a mi misma y por más que aún los sentimientos por él sigan vivos no puedo darle una respuesta como aquella. No estaba preparada para aquello.

— ¿Jinx?

Con nerviosismo me aparto de su cercanía, el nudo en la garganta es insoportable y aún así consigo mantener el resto de mis lágrimas dentro de mi.

— No puedo.— la esperanza que había visto antes en sus ojos desaparecen— Lo mejor para los dos es cerrar esta historia que nunca debió abrirse, si en el pasado no funcionó mucho menos lo haría ahora.

— Podemos intentarlo, construir algo entre los dos y empezar de cero. Tengo fe en nosotros, Jinx.

— Yo no tengo fe, quizá lo tuve una vez pero ya no queda nada de eso. Me mentiste, pudiste haber sido sincero conmigo desde un principio pero no lo hiciste y esperaste a que me enterase por terceras personas para así empezar a hablar. Ahora ya es muy tarde.

— Te mentí, es verdad y no sabes cuánto lo siento. Debí haberte dicho quién era pero maldición Jinx, no sabes con quién estás tratando, Blitz no es ningún santo.

— Gracias a él ahora conozco la verdad, me abrió los ojos.— niega un par de veces, parece que le cuesta asimilar mis palabras— ¿Por qué le guardas tanto rencor? Tú le robaste a su novia cuando...

— ¿Perdona?

Me cruzo de brazos intentando que el color azul de sus ojos no consiga intimidarme.

— Luciana fue tu novia, ¿no?

— Si, pero eso no fue lo que dijiste.

— Oh, vamos, creo que sabes de lo que estoy hablando.

—No, no sé de lo que estás hablando Jinx, pero ya me quedó claro que sea lo que sea que yo diga no tiene importancia.— su tono de voz ha cambiado y su mirada permanece al frente, ha dejado de mirarme— Supongo que yo mismo me he ganado todo esto, eres libre de pensar lo que quieras.

— Menos mal que te has dado cuenta de eso. — limpio las lágrimas esparcidas por mis mejillas— Adiós, Strom.


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Cuidado con el alemán #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora