—¡Jinx! ¡Jinx, despierta!
Pego un salto aún dormida para luego sentir mi culo en el suelo. Maldigo en voz alta y tiro de mi pelo con cierta frustración.
¿Por qué cuando puedo dormir un poco más de lo habitual tienen que despertarme a gritos? Ojalá lo hicieran cuando me quedo dormida para ir al trabajo.
Pongo las palmas de mis manos en el suelo para tomar impulso y levantarme de ahí con cierta pereza, me cuesta un poco abrir los ojos y adaptarme a la luz del día.
— ¿Se puede saber por qué llevas esas pintas?— la voz de Liberty me trae de vuelta a la realidad— Dónde estuviste toda la noche? Pensé que volverías temprano al hotel.
— Si, bueno, yo también pensé lo mismo.
Me pongo de pie y camino hacia el baño, tenía que quitarme este vestido de encima de una vez. Cuando observo mi reflejo en el espejo ruedo los ojos por lo mal que me veo, llegué tan cansada que no me importó tirarme en el sofá para así no despertar a Liberty que dormía de forma plácida sobre la cama.
— ¿Qué pasó ayer? ¿Algo que contar?
— Creo que la pregunta sería qué es lo que no pasó ayer— cepillo mis dientes con brusquedad recordando el espectáculo que hice ayer— Ayer...Me encontré con Blitz.
Lo digo tan rápido que temo que no me haya escuchado. Pero cuando la siento moverse de la puerta del baño para llegar a mi, me doy cuenta de que es muy buena entendiéndome. En un abrir y cerrar de ojos, me gira hacia ella y mueve mis hombros sin poder creérselo.
—¿Estás de coña? Qué demonios...Cómo es posible...
—¿Qué nos encontráramos después de muchos años? Yo tampoco encuentro respuestas para eso, Lib.— me siento sobre la tapa del váter con el vestido rojo aún puesto.— Fue horrible.
—¿Y qué tal? Digo, es la primera vez que os veis en persona y los años a veces no le sientan bien a muchos.
— Es guapo.— lo reconozco con todo el dolor de mi corazón — Ojalá no lo fuese.
— Qué mierda más grande.
Asiento y suspiro.
Juego con mis manos y no sé que más decir, aún sigo en modo colapso mental y esperaba que se me pasara de una vez. Parecía una adolescente a la que habían dejado tirada en su fiesta de graduación. El maquillaje corrido hablaba por si sólo.
Liberty se arrodilla delante de mi y toma mis manos, su mirada llena de preocupación busca la mía, intento pronunciar algo pero mi voz parece que no está dispuesta a salir.
—¿Le dijiste algo? ¿Te reconoció?
— No le dije nada y él tampoco a mi. No sé si me reconoció o no, de lo único que estoy segura es que ayer no iba solo, estaba muy bien acompañado.
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Cuidado con el alemán #1
RomanceEn edición. Primer libro de la trilogía Cuidado. Decidme que ese de ahí no es el jodido alemán que me trastornó la cabeza en mi adolescencia. Por Dios, decidme que ese que va acompañado de una avispa andante no es el mismo idiota que pasaba de mi cu...