Capítulo 42

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—¿Perdona? ¿Me estás viendo la cara de gilipollas?

—Gili...¿qué?

Ruedo los ojos en su dirección y me muerdo la lengua con fuerza cuando Rose me da una mirada de esas que solía darme mi madre cuando era pequeña y decía palabrotas. Sonrío en su dirección y tiro del brazo del alemán para que la niña no nos escuche.

—No estoy de humor para explicarte lo que significa esa palabra pero,—clavo una de mis uñas sobre su pecho— eres la definición de ella.

—Creo que no es nada bueno. Me gusta.

—Mira, no sé qué es lo que quieres exactamente pero creo que he sido demasiado obvia al no responder tus llamadas. Así que por favor, si te cruzas por ahí conmigo, intenta fingir que no me conoces.

— Increíble. — me mira divertido y no sé a qué coño viene eso, sonríe más de la cuenta como si le divirtiera la situación.

¿Tengo cara de payaso o qué?

Me fijo en que hoy no lleva traje, va demasiado casual de lo normal pero eso es algo irrelevante. Algo detrás de mi parece llamar su atención y la curiosidad me mata así que giro un poco la cabeza para poder ver por encima de mi hombro.

Pero qué demonios...

Me tiene apresada entre sus brazos, sus labios están sobre los míos y sus besos son demasiado bruscos como para seguir su ritmo, intento alejarme de él pero sus manos alrededor de mi espalda y cintura me hacen el trabajo difícil. Mis manos empujan su pecho y después de tres intentos fallidos consigo alejarlo de mi no sin antes dejarle una marca en los labios.

—¿Qué coño haces?

Se limpia la sangre que ha empezado a brotar de su labio inferior como si nada y por más que le digo millones de insultos parece no reaccionar. Me fijo en que Rose está distraída mirando algunas chucherías y la chica de la tienda está tan ocupada que no se centra en nosotros. Strom sigue sin mirarme y yo creo que ya es hora de irme, he tenido suficiente por hoy.

—Nos vamos, Rose.

Tomo las bolsas del suelo con mi sobrina al lado y cuando me doy la vuelta y levanto la mirada, mis pasos vacilan al encontrarse con unos ojos bastante conocidos.

Si antes pensé que era un gilipollas ahora creo que es un jodido desgraciado.

Aprieto los puños a cada lado de mi cuerpo y no me lo pienso dos veces para girar sobre mis talones y estampar mi mano en su mejilla con tanta fuerza que inclusive a mi me duele. Él parece confundido y no sé por qué está actuando como si no hubiese matado ni una mosca.

— Si en algún momento se te pasó por la cabeza la idea de que podría darte otra oportunidad, la llevas clara. Te dejo con tu amiga,— digo cuando siento la presencia de Luciana a mi lado, no ha tardado nada en acercarse a nosotros apenas me vio— no quiero que me utilices para más mierdas como estas. Ya estás grandecito para jugar con los celos, ¿no crees?

Nunca me habían utilizado para tal bajeza.

Ahora entendía por qué estaba con la mirada perdida,  la hija de De Rosa había estado detrás de nosotros todo este tiempo y el beso...Ese beso fue tan raro y distinto a los que él me había dado con anterioridad que ya no me sorprendía el hecho de que me haya utilizado sólo para darle celos a la rubia.

¿Por qué tuve que tropezar con la misma piedra otra vez?

Hace años me había dejado tirada esperándolo como una idiota a que llamara, que me dijera que algo pasó con su vuelo pero que vendría a verme a penas lo solucionara pero no, no fue así y es increíble que lo haya olvidado así de fácil sólo para intentar algo que desde un principio se veía que no traería nada bueno después de todo lo que había pasado entre nosotros. Pero el amor muchas veces te ciega y uno cae.

—¡Papi!

— ¡Cariño! ¿Te divertiste con la tía?— ella asiente con una enorme sonrisa en sus labios— Espero que te hayas portado bien.

—Fenomenal, estuvo a mi lado todo el tiempo.

Lo digo con demasiada ironía que asusta pero por suerte Kai lo toma como una broma, si tan sólo supiera...

Me recuesto en uno de sus cómodos sofás de piel y cierro los ojos, quiero dormir, necesito descansar un poco después de tantas noches en vela. Entre sueño, siento el cuerpo de Kai a mi lado, acomoda mis pies sobre sus piernas y yo sonrío aún cuando no puedo verlo.

—¿Cansada?

—Mucho.

— ¿Quieres que te lleve a la cama? Ya sabes que hay una habitación de sobra para que puedas quedarte.

—¿Me estás invitando a quedarme en tu casa?

—Creo que te hace falta despejar la mente.

—¿De qué?

—De lo que sea que te tenga echa mierda.— me incorporo con rapidez y me arreglo el pelo con cierto nerviosismo— ¿Pensaste que no me iba a dar cuenta? Soy tu hermano y te conozco perfectamente.

—No quiero hablar del tema.

Pone su mano encima de la mía y no dice nada, no sé cuanto tiempo pasamos así, sentados mirando a la pared blanca que teníamos delante de nuestras narices. De repente, me siento triste y mis ojos empiezan a nublarse, no quiero que mi hermano me vea de esta forma pero me es casi imposible mantener la compostura. Él sigue sin decir una sola palabra, solo está ahí conmigo e inclusive cuando limpio un par de lágrimas traicioneras me da mi propio espacio, era un amor de chico.

—No me quiere. — siento sus grandes ojos mirándome— Está enamorado de alguien más. Lo he dejado. Tu hermana vuelve a estar sola otra vez, Kai.— intento reír pero fallo en el intento y solo gimo por lo bajo.

Sus brazos me atraen hacia su cuerpo acariciando mi pelo con suavidad, mis lágrimas empapan su camiseta y odio que me vea así de mal, siempre he intentado mostrarme como la hermana fuerte con la que podía contar para todo pero durante estos últimos años es Kai el que actúa como tal. Abrazo su cuerpo con fuerza y agradezco a la vida por darme un hermano como él, no sé que haría si no lo tuviera a mi lado para consolarme en momentos como este.

— Nunca estarás sola, Jinx.— besa mi frente— Estoy seguro de que hay alguien en este maldito mundo que te querrá más que a su propia vida.

—¿Cómo lo sabes?

—Simplemente...lo sé.




#QuieroUnKaiEnMiVida

#CambioAmiHermanoPorKaiPLS


Uy Uy Uy...Lo que se viene de ahora en adelante...


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Cuidado con el alemán #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora