—No te vayas...No con él.
Una carcajada sale de mis labios.
—¿Y se supone que debería ir contigo?
Listo, ahí le he dado.
Hace ya un par de minutos que decidí dejar de llorar por él y sus mentiras aunque por dentro lo único que quería hacer era golpear su jodido rostro y echarme a llorar por lo tonta que me había visto a su lado. A estas alturas, lo único que quería eran respuestas que aclararan todas mis dudas y en Strom no iba a encontrar verdad alguna así que decidí aceptar la propuesta de su hermano.
Me iría con él, a un lugar mejor que este oscuro aparcamiento para saber toda la verdad y aunque aún me sintiera extraña con su presencia, no me quedaba otra opción si quería llegar al principio de todo esto.
—Cómo le toques un solo pelo juro que te mataré.— la amenaza de Strom parece no causar efecto alguno en su gemelo.
— Si yo no te maté antes tú tampoco lo harás.— responde Blitz para después hacerme una seña y empezar a caminar fuera de ahí.
Me abrazo a mi misma, siento escalofríos y no sé qué decir, tampoco tengo muchos ánimos de hablar. Él tampoco dice nada y noto como se mete las manos en el abrigo largo que trae, hasta en la forma de caminar es muy distinto a Strom.
«No pienses en él. Sácalo de tu maldita cabeza.»
Y por si no pudieran ir mejor las cosas, a la salida del aparcamiento vemos como unas piernas largas y blancas salen de un coche polarizado que yo conocía muy bien. Está impecable como siempre, metida en una falda tubo color negro que le llega hasta las rodillas y una americana del mismo color, los zapatos de tacón negro la hacen ver más alta de lo que ya era. Me doy cuenta de que es la primera vez que la veo con el pelo recogido a media coleta.
La mirada de Luciana De Rosa cae sobre mi, no sabría cómo interpretarlo pero me rehuso a dejarme intimidar por ella. Sostiene su bolso con fuerza y no tarda en acercarse Jonas, el otro guardaespaldas, un hombre al que aún no conocía muy bien pero por lo que Strom me contó era una buena persona. Ella parece querer decir algo hasta que por fin se centra en el hombre que tengo al lado y me sorprende lo mucho que puede transmitir una mirada. Por curiosidad, le echo un vistazo a Blitz que parece retar a la misma Luciana con aquella mirada azul y al final es ella la que sale prácticamente corriendo en dirección al aparcamiento, me queda más que claro con quién va a encontrarse. No me sorprendería que ella también supiera de todo esto.
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Cuidado con el alemán #1
RomanceEn edición. Primer libro de la trilogía Cuidado. Decidme que ese de ahí no es el jodido alemán que me trastornó la cabeza en mi adolescencia. Por Dios, decidme que ese que va acompañado de una avispa andante no es el mismo idiota que pasaba de mi cu...