Capítulo 24

12.2K 1K 38
                                    

Perdonadme!!! Estas semanas estuve preparándome para algunos exámenes y no tuve mucho tiempo de pasarme por aquí pero ya soy libre por el momento. ¡Wiii!

MILES DE GRACIAS! #CCEA YA TIENE MÁS DE 21K DE LECTURAS!!

Spoiler: Strom vs Patrick


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



El timbre sigue sonando y doy por hecho de que el portal debía haber estado abierto para que él consiguiera llegar hasta aquí. Sabía que mis amigas no iban a regresar a casa hasta que yo les enviara un mensaje diciéndoles que por fin estaba sola en casa por lo que descarté la idea de que pudieran ser ellas.

Tomo el jersey que dejé sobre el sofá y me lo pongo mientras camino hasta la entrada, echo un vistazo al reloj, iban a dar las once de la noche, se supone que había dicho que vendría a las 8. Con la mano sobre la manija doy un suspiro y abro la puerta finalmente.

Pero qué demonios...

Tengo que poner fuerza en las piernas para no caer hacia atrás cuando la cabeza de Patrick cae sobre mi hombro, su pelo pica a un lado de mi cuello y tengo que soportar el olor a alcohol que llega hasta mis fosas nasales. Pongo mis manos en su espalda e intento llevarle hasta el salón mientras que con un pie consigo cerrar la puerta detrás de nosotros.

—Dios, apestas.— digo con cierta dificultad, su peso era el doble que el mío.

Le escucho murmurar algo pero apenas puedo entender lo que dice, apresuro mis pasos, le tengo sujeto con una mano puesta en su cintura mientras que con la otra paso uno de sus brazo sobre mi hombro. Cuando su pesado cuerpo cae sobre el sofá, me siento en el suelo e intento respirar con normalidad.

<<Alguien te echó un mal de ojo cuando eras pequeña, Jinx.>> , pienso mirando a Patrick sonreír como un idiota con los ojos cerrados.

— Jinx— dice alargando la "i" más de la cuenta.

— Calla y duerme.— me pongo sobre mis rodillas— Sabes, la gente normal bebe pasado la medianoche. Voy a matarte cuando despiertas.

Parece que mis palabras le causan gracia, aún con los ojos cerrados se las arregla para recordarme que soy una aguafiestas.

—Tienes 27 años, deberías salir más.

—Para acabar borracha en una casa que no es la mía; ¿cómo tú?— río con cierto sarcasmo— Venga, duérmete de una vez.

Me pongo de pie para irme a mi habitación no sin antes enviar un mensaje a mis amigas contándoles la situación inesperada en la que me acabo de meter.

¿Qué se supone que debería decirle a Strom ahora?

Me paso las manos por la cara y camino para ver al alemán mirando las fotos que tengo sobre el escritorio blanco de mi habitación. Tiene uno de los portaretratos en el que salgo riendo junto a mi sobrina Rose en las vacaciones de verano del año pasado. Mis mejillas arden al ver que salgo con un bañador rojo en la foto.

Cuidado con el alemán #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora