He cambiado la portada y decidí editarla porque...¡Esta imagen me recuerda mucho a Jinx!
¿Estáis de acuerdo?
Me quita la carta de las manos y por más que mis dedos se han aferrado fuerte a esta, me había pillado en mi propio escondite. Lo único que hago es pasar mis manos por mi pelo con cierta frustración cuando él se sienta a mi lado y sonríe en dirección a Rose.
<< ¿Es que no se piensa ir?>>
—¿Cuál es tu nombre pequeña?
— No hablo con extraños.— la pequeña revoltosa hace que muerda mi lengua para no reír.
— No soy peligroso.
— Es tu amigo tía Jinx?
Abro la boca para decirle que no pero el idiota me abraza por los hombros y me aprieta a su costado. Le fulmino con la mirada y él en cambio me regala una sonrisa divertida.
— Sí, es mi amiga.— dice él—¿ Ahora me dirás tu nombre?
La niña un poco dudosa asiente y abraza a su muñeca antes de hablar.
— Me llamo Rose; ¿ y tú?
— Yo soy Strom.
—Y yo soy la que te dará una hostia como no me sueltes— susurro muy cerca de él para que mi pequeña sobrina no pueda escucharme.— ¿Qué haces aquí? ¿Acaso me estás siguiendo?
—Pero que humor.— se aleja de mi y yo por fin siento que puedo respirar mejor— No, no te estoy siguiendo. También tengo trabajo que hacer, ¿sabes?
— Ah, se me olvidaba que pasabas tu tiempo vigilando las faldas de Luciana.
—¿Celosa?— dice con cierta sorna en sus palabras.
—Para nada.— ruedo los ojos e intento alejar mentalmente el calor que quiere apoderarse de mis mejillas— ¿Por qué estamos hablando en inglés?
—Supongo que no querrás que la niña se entere de cosas de adultos.
Centro mi mirada en Rose que se mantiene ajena a nuestra conversación y cuando vemos que el camarero se acerca con nuestros batidos y postres ella aplaude y dice algunas cosas que no consigo entender. Los ojos del camarero se centran en el alemán y este le pide un café frío lo que me da a entender que no tiene intenciones de irse aún.
Rose bebe su batido de fresa con rapidez, cosa que me hace sonreír al ver que el buen apetito lo sacó a los Valls porque su madre era una mujer que vivía a base de dietas todo el año. Me es inevitable no gemir por lo bajo cuando me llevo la pajita a la boca y disfruto del batido de tiramisú que me han preparado, lo mismo ocurre cuando llevo un trozo de tarta de chocolate a la boca.
<<¡Bendito sean los chocolates!>>
— Si que tienes una obsesión con el chocolate.— la voz de Strom me interrumpe el segundo trozo de tarta que iba a llevarme a la boca.
Trago con cierta rapidez, el camarero no tarda en dejarle el café frío para después irse a las otras mesas del lugar.
— ¿Tienes algún problema con eso?— mi voz va a la defensiva y me observa por unos segundo mientras prueba su café.
—Si.— dice y me preparo para decirle un par de cosas— Hace que quiera volver a besarte otra vez, extraño verdad?— esta vez lo ha dicho en español y maldita sea si mi corazón no ha saltado de su sitio fuera de control.
Empiezo a toser de forma exagerada y él me da pequeñas palmaditas en la espalda cosa que al final ayuda aunque haya había alguno que se ha reído de mi desgracia.
<<Por lo menos Rose no se había enterado de lo que me llevó a casi morir atragantada. Esa niña era capaz de ir y contárselo a mi madre.>>
Llevo quince minutos sentada en uno de los bancos del parque mirando como Strom empuja a Rose en el columpio. Después de decirme que hoy se había librado de trabajar me obligó a traerle hasta aquí prácticamente y cuando digo traer, lo digo de forma literal. El alemán no se había traído uno de esos coches que le dejaban para movilizarse en su trabajo por lo tanto me dijo si podía llevarle conmigo hasta esperar la siguiente parada del bus en dirección al hotel donde se estaba quedando y yo como buena ciudadana que soy, acepté.
Mi dilema es que ahora me es inevitable no apartar los ojos de él, era la primera vez que lo veía jugar con una niña pequeña y me estaba mostrando una faceta suya que jamás había conocido y joder, lucía adorable así.
—Tía Jinx, ven a jugar con nosotros.— dice la pequeña señalando uno de los columpios que tiene a su lado— Hay uno libre.
Con cierto cansancio me voy acercando hacia ellos, un escalofrío recorre mi columna cuando escucho como Rose le pide a Strom que me ayude como lo había hecho con ella. Mis manos se aferran fuerte a las cadenas y cierro los ojos cuando siento sus dedos en mis caderas, puedo sentir el viento azotar mi cara.
<<¿Te gusta?>>
Las palabras de Ava resuenan en mi cabeza y abro los ojos de golpe soltando el aire por la boca de forma brusca. Con cierta dificultad consigo poner uno de mis pies sobre el suelo, mis ojos siguen mirando hacia el frente.
— ¿Estás bien?
<<¿Te gusta?>>
Giro un poco la cabeza y puedo ver sus ojos azules que me miran con cierta preocupación en ellos. Examino su rostro con detenimiento, sigo las líneas que forman sus lunares que se pierden debajo del jersey azul marino que lleva y sé que ahora mismo estoy dando mucho que pensar. Trago saliva y creo que mis pestañas han revoloteado en su dirección cuando he vuelto a poner mi mirada sobre él.
<<¿Te gusta?>>
Mis labios se entre abren de forma inconsciente cuando veo como cada vez va bajando su cabeza hasta mi rostro. Aprieto mi agarre en las cadenas del columpio, mi corazón late tan rápido que me pregunto si él también puede escucharlo. Cuando lo tengo a escasos centímetros de mi boca, él me mira como preguntándome con la mirada si quiere que continúe y creo que mi silencio le da a entender algo porque cuando veo que está decidido a besarme cierro los ojos y me dejo llevar.
<<Me gusta>>
El sonido del móvil hace que salte fuera del columpio para ver que la hora de que Rose tome la medicina a llegado. Miro a Strom y carrespeo de forma incómoda antes de tomar a mi sobrina entre mis brazos y llevarla conmigo a una de las bancas del parque.
<<¿Qué he hecho?>>
¿Qué creéis que pasará con estos dos?
¿Qué pasa con Patrick García?
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Cuidado con el alemán #1
RomanceEn edición. Primer libro de la trilogía Cuidado. Decidme que ese de ahí no es el jodido alemán que me trastornó la cabeza en mi adolescencia. Por Dios, decidme que ese que va acompañado de una avispa andante no es el mismo idiota que pasaba de mi cu...