En edición.
Primer libro de la trilogía Cuidado.
Decidme que ese de ahí no es el jodido alemán que me trastornó la cabeza en mi adolescencia.
Por Dios, decidme que ese que va acompañado de una avispa andante no es el mismo idiota que pasaba de mi cu...
Strom ha estado recibiendo muchos comentarios negativos
pero aquí os dejo la otra cara de la moneda.
Porfavor, votadycomentarsioses posible ya que eso hacequemi "trabajo" searecompensado, creo quenopidomucho. 😔
¡DANKE!
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—Y...¿hasta cuándo te quedarás aquí?
La cama de Strom se encuentra a un lado del gran ventanal que hay en su habitación de hotel, a estas horas de la madrugada, con mi mejilla apoyada sobre su pecho puedo escuchar cada uno de los latidos de su corazón. Su respiración es tranquila y creo que no tardará mucho en quedarse dormido.
—Llevamos casi 2 meses aquí, la decoración del interior de la tienda aún sigue en marcha así que supongo que estaremos hasta el día de la inauguración.
— Bueno, entonces aún queda.
—Si, no te librarás de mi tan rápido.— acaricia mi cabeza y cierro los ojos por un momento— Dime que enviaste a tus amigas un mensaje para hacerles saber de que estás aquí.
—Si pero no creo que lo vean, o por lo menos Ava no lo hará.— río por lo bajo— Estará ocupada bailando con alguien por ahí.
—Pensé que no te gustaban esos sitios.
—Bueno, no es uno de mis sitios favoritos pero me la pasé bien.— trazo círculos con mi dedo sobre su pecho.— ¿Sabes? Aún me estoy acostumbrando a todo esto, ni en mis más remotos sueños pensé que nos encontraríamos.— suspiro con un extraño sentimiento de nostalgia— Me refiero físicamente hablando.
—Yo tampoco.— dice y se queda en silencio por unos segundos.— Me sorprendí mucho cuando te vi ahí, perdida en la fiesta de los De Rosa. No podía quitarte los ojos de encima.
Muerdo mis labios no muy segura de si debería decirle lo que estoy pensando, aún así, me armo de valor y me tumbo a su lado para poder ver su rostro mejor.
— Me gustaría saber la verdad.
—¿De qué estás hablando?— frunce el ceño y gira su cuerpo hacia mi apoyando su brazo sobre el colchón.
—He intentado mantener mis preguntas al margen durante este tiempo pero creo que me merezco una explicación. — el rubio no dice nada y espera a que continúe — ¿Qué pasó? ¿Por qué no llegaste?— trago saliva con dificultad, siento un nudo en la garganta — ¿Por qué me dejaste esperando por ti en un aeropuerto?
