¿Te callas un ratito? Joya | Matías Candia

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Matías:

-Boludo... Esto es muy fuerte.

-Ésta es muy fuerte -Dije. Leo estaba re perdido, boludo, era como sí le acabaran de decir que tiene cáncer.

-En la vida me habías dicho algo parecido -Estaba re traumado el chabón JAJA.

-Mira, para que te lo esté contando... -Lo dejé estar un ratito para que se recupere, ahre.

-¿Quién es? Le tengo que hacer un altar, boludo.

-Con que le des un pijama de unicornio le alcanza, ahre -¡BUM! INDIRECTA, ahre.

-Para... Me estás diciendo que... ¿Es ella?

Cinco putos segundos me costó haberme arrepentido de haber abierto la boca. ¿Y sí le decía a Nico?

-Uhhh... -Leo volvió a su estado de shock.

-Pero no sé, creo que estoy flasheando igual, recién la conozco boludo -Supiré dramáticamente.

-Mira, yo no sé que tenés en la cabeza para que te guste alguien que te llenó la remera de ketchup -Se río y me contagió el pendejo, ahre. -Pero para que VOS estés diciendo esto, no sé, eh. Yo creo que tenés que pensarlo bien, pero para mí, estás hasta las manos.

-Es que...

-Ya sé, no lo queres admitir porque no queres quedar como un forro con Nico -Uh, me sacó la ficha.

-Bueno... sí, pero no quiero que lo sepa.

-No soy tan boludo, me doy cuenta de eso -Al boludo le parecía re gracioso. -Mira, sí en algun momento te das cuenta de que en serio te gusta, jugátela.

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Yo:

Digamos que después de hablar con mis amigas, las cosas no se iban a quedar así, no por mí sí no por ellas. Dijeron que en unos minutos caían a mi casa y bueno, ellas nunca mienten, ahre.

Por una vez decidí por mí misma levantarme de la cama. JAJA, SÍ BUENO.

Me quedé duermiendo hasta que llegaran.

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Entonces estaba ahí con el Chon Mendes, volando en un unicornio mientras cantábamos. La vida era tan felíz.

-Te buscan -Me dijo Shawn.

-Shhhh -le puse el dedo en la boca. -Nadie va a arruinar éste momento.

Entonces por alguna razón dejé de respirar y me estaba desesperando.

Me desperté y me estaban aplastando una almohada en la cara. Una no se puede dormir cinco minutos que ya la quieren matar.

Empecé a gritar y patalear porque en serio me estaba muriendo.

-Hace tres horas te estoy diciendo que te buscan -Dijo mí hermanito sacandome la almohada. Pendejo homicida maleducado, se nota que sos mí hermano, ahre.

-Como sí las pelotudas alguna vez pidieran permiso para pasar. Deciles que entren.

-Ya entramos.

-AAAAHHH LA PUTA QUE TE PARIÓ -Grité medio infartada. Ni me había dado cuenta de que estaban al costado de mí cama.

-Está bien que Marta es fea, pero tampoco para que te asustés así -Se burló Lux y Marta le pegó.

-Bueno, ahora te vas a cambiar porque nos estamos por juntar con los chicos.

-Marta... Te he dicho en capítulos anteriores, ahre, se hacía la que estaba en una historia de Wattpad... Te dije que la próxima vez que no me avisés TE VOY A MATAR A PIÑAS -Me levanté de una para tirarmele encima pero Lux me frenó.

-Yo que vos me empiezo a cambiar.

-¿Y vos qué haces acá todavía? -Miré a mi hermanito y se fue corriendo mientras se reía. Amo a ese molesto bichito de luz.

-Este día es decisivo -Empezó Lux.

-Te vas a poner esto.

-Cuando será el día que estas pelotudas me dejen de manejar la vida, encima manejan como Chano -Me quejé y me metí al baño a cambiarme.

Me puse la convers y un jean negro, con una remera blanca con mangas largas como la de tu tío.

Empiezo a pensar que mis amigas solo pasan a buscarme para robarme ropa.

Nos fuimos. Ésta vez parece que íbamos a hacer un picnic o algo así entonces pasamos a comprar comida que es la única cosa por la que sigo viviendo.

Ésta vez llegamos y los chicos no estaban ahí, nos tocó esperarlos así que fuimos armando todas las chotadas esas que teníamos que armar para que todo quede tan bonito como ustedes, ahre.

Estabamos boludeando con el celular y de repente las chicas se levantaron y salieron corriendo. Llegaron los más pijudos, ahre. Lux corrió a abrazar a Leo y Marta fue más tranqui a saludar a los chicos. Yo como la pendeja antisocial que soy me quedé ahí sentada porque alta paja levantarse.

Los estaba mirando y como que me estaban faltando unos tres pibes y no los veía.

Después no ví más un carajo porque me taparon los ojos.

N/A: Acá les dejo su pedido de drogas, pagenme con votos y comentarios pelotudos.

El que más me haga reír le dedico el próximo capítulo, ahre que a nadie le importa.

La zukulentha autora los adora, ahora dejen de leer ésta mierda y vayan a rezar.