Matías:
Habían pasado horas. Días. Semanas. Años. No lo sé con exatitud, pero sí sé que no he salido de mí casa en mucho tiempo.
-¡Matías, baja a comer, hace 4 días que estás encerrado!
-¡Ma! ¿No ves que estoy sufriendo? -Le reproché desde mí cuarto.
-¡Yo sufrí en tu parto, pendejo! ¿Me ves quejándome? Encima te tengo que mantener, porque mantenerte vos no te ibas a mantener, no podes ni peinarte sólo.
Volví a mí estado pre-suicidio.
Todo estaba oscuro, ya no era consiente del día y la noche. Todo era negro, como mí corazón. Mis uñas no, ésas me olvidé de pintármelas, como los otakus ya se habrán dado cuenta.
Fuera de joda, estaba hecho mierda. Debía tener al rededor de mil mensajes, pero no pensaba contestar ni uno.
No sabía explicar como me sentía. Una sola palabra me rondaba la cabeza. "Traición" la decepción, hermano.
Traición por parte de Martín, quien alguna vez creí mí amigo. Por parte de Angie, a quien alguna vez amé. Por parte de Valentina, en quien alguna vez confié.
No sé sí algún día me recupere de esto.
De repente la puerta de mí cuarto se abrió. AH, LA LUZ. ME QUEMO.
-Esto es por tu bien.
Es lo último que recuerdo antes de que me taparan la boca. Me dormí.
¿PERO QUÉ CARAJO PASÓ?
ESTOY ADENTRO DE UN BAÚL. EL AUTO ESTÁ EN MOVIMIENTO. TENGO LA BOCA TAPADA CON UN PAÑUELO Y LOS PIES Y LAS MANOS ATADAS. TAMBIÉN TENGO UNA VENDA EN LOS OJOS.
RENUNCIO, ME VOY A LA MIERDA.
Tranquila autora, baja la pistola, no dije nada.
El auto frenó.
Se abrió el baúl.
Me agarraron masomenos entre cuatro y me ataron a una silla.
Sabía que no tenía que comprar esa caja en la dip guev.
Me sacaron la venda de los ojos y quedé encandilado por toda la luz.
Estaba en la casa de Santiago.
Los chicos estaban frente a mí y se hicieron a un lado para dejarme ver a Martín, que estaba atado también a una silla.
-fa fecocnsma fe fus msamsow -Balbucee.
-No queríamos tener que llegar a éste extremo. Bueno, sí queríamos porque estamos aburridos y esto es interesante, además, éso dice el guión y la verdad la autora es una enferma -Empezó a relatar Santi. Pendejos de la re concha de su madre. A penas terminemos de grabar los cago a piñas a todos. -Son amigos, pedazo de pelotudos, sobre todo vos -Señaló a Martín. -No voy a dejar que nuestra amistad se vaya a la mierda, menos por una mina. Martín, yo sé que tenes ganas de hablar, ahora es el momento.
-La verdad, ahora que está atado tendríamos que aprovechar para cagarlo a palos entre todos -Dijo Lucas. Me gusta ésa idea, desatenme hijos de puta.
-Chupame la pija -A Martín le sacaron la venda de la boca.
-Lo haría sí tuvieras, forro hijo de mil puta.
-Bueno, dejen de ser tan geis y solucionen las cosas.
Miré a Martín, no porque quisiera sí no porque éstos enfermos no me iban a soltar sí no. El agachó la cabeza y suspiró.
-Mati, no hay nada que pueda decir que justifique lo que hice. La verdad estoy muy arrepentido y sí hubiese sido menos estúpido antes, habría hecho las cosas diferentes, pero era un pelotudo y supongo que lo sigo siendo. No tenes que perdonarme, pero espero que podamos ser amigos de nuevo... algún día.
El me miró durante un segundo. Efectivamente era la cara de una persona arrepentida, lo sé porque también la he tenido. Lo sé porque también he dejado la dignidad por el suelo por no querer perder a alguien. Lamentablemente yo seguía enojado. Cuesta pedir perdón, pero también cuesta perdonar.
No tenía nada para decir. Lo que días atrás fue enojo, hoy se había convertido en tristeza, en decepción. Sinceramente no quería perder a Martín como amigo, pero tampoco estaba listo para olvidar.
Santi me destapó la boca.
-Somos amigos... Pero no ahora, ahora prefiero volver a mí casa, de la cual me sacaron sin mí consentimiento -Dije ya cansado del asunto. Los chicos me empezaron a desatar. -Y ya sé que están ahí, hace tres horas las estoy escuchando susurrar.
Todas las chicas salieron de donde estaban escondidas.
-Ya te llevamos.
-No, me voy caminando -Cerré la puerta y empecé a caminar.
No me había dado cuenta del frío que hacía. Parecía que en cualquier momento iba a llover.
A lo lejos divisé a Valentina. Parece que venía caminando para acá.
-Uh, parece que llegué tarde -Susurró para sí misma. Yo seguí caminando. -¿Seguís enojado conmigo? ¡Sabes que yo no te hice nada! -Me gritó.
-Lo sabías... lo sabías todo y no me lo dijiste.
-No era asunto mío ¿Vos que hubieras hecho en mí lugar? De todas formas ibas a terminar enojado -Noté como se le enrojecían los ojos.
Preferí seguir caminando. No estaba bien todavía, no quería hablar, solo me quería ir.
Llegué a un parque y ya estaba cansado de caminar, así que me quedé ahí.
N/A: Weno... Al final sí hice la historia de Gian. Se llama "Fall Down" espero se pasen por ahí y les guste.
Agarren algo para morder, preferiblemente una chota. Porque en el capítulo que viene van a gritar.
Ahre.
Les wa a contar algo que no es relevante. Tengo sueño #Datazo
Sí les pinta cuénteme cosas de ustedes en los comentarios, es que son re piola y me gustaría conocerlos más.
ESTÁS LEYENDO
¿Te callas un ratito? Joya | Matías Candia
Hayran Kurgu¿Te gusta Matías Candia? Bueno, callate un ratito y vení a leer esto... ADVERTENCIA: ▶La historia lleva escrita mucho tiempo, por lo que varias situaciones o temas se sentirán viejas, ya que usaba temas actuales del momento. ▶Esto está escrito con...