Matías:
No sé cuanto tiempo había pasado ya, pero sí sé que llevaba ahí un rato largo. No me quería ir, me sentía bien con estar un rato en la nada, pensando en nada, haciendo nada y siendo nada.
Los días así me transmitían mucha paz y tranquilidad. Hacía frio, pero no en exceso, era de esos aires que te hacían querer ponerte una campera. Estaba nublado, el sol no me quemaba por primera vez en meses. No había tanto viento, cosa que suele molestarme mucho y lo mejor de todo es que se podía sentir como se acercaba la lluvia.
Gotita.
Gotita.
Gotita, gotita, gotita.
Lluvia.
Empecé a sentir más frío del que por sí ya tenía cuando el agua comenzó a impactarme contra la piel.
Amaba la lluvia. Pero no me fascinaba mojarme.
Me puse bajo un árbol, con la intención de cubrirme un poco, aunque no servía de mucho.
Estaba completamente absorto en mis pensamientos, sin saber la hora, sin saber nada. Como sí me hubieran metido en una burbuja.
Alguien me tocó el hombro y la burbuja se rompió.
-¿Necesitas un paraguas?
-¿Qué haces acá?
-Me gusta éste lugar. Y me queda cerca de casa. Además me encanta salir cuando llueve -Se sentó a mí lado, cubriéndome del agua con su paraguas. Se había puesto botas de lluvia y la sonrisa de todos los días. -¿Vos qué estás haciendo acá?
-Nada en particular. Vine a perderme.
-Espero que no te pierdas muy seguido, porque no me gustaría perderte.
-A mí tampoco -Confesé al fín. Ésta vez sin enojo, sin decepción. Siemplemente aprovechando el momento para decir verdades.
-¿Y por qué seguimos enojados?
El paraguas cayó al suelo cuando de un movimiento rápido intente abrazarla. Parece que la sorprendí. Éso no importaba en ése momento, lo único que yo sabía era que la había extrañado demasiado como para soltarla ahora.
-M-Mati...
Valentina correspondió al abrazo con fuerza. La idea de separarnos se veía muy lejana.
-¿Me perdonas? -Me dijo con pena. Apenas la escuché.
-Perdoname vos a mí.
-Te extrañé.
-Yo también, estrellita.
●●●
Ann:Josefina y yo estábamos en mí casa. Era como el décimo quinto día en el que nos parabamos frente a la puerta de Angie y golpeabamos en la espera de que salga.
Ya habíamos intentado todo. Usar comida como carnada, invitarla a salir a algún lado, ir a comprar ropa, helado de depresión, fetos, cocaína, marihuana.
-¿Pensas que va a salir algún día? -Me preguntó Jose, con tristeza en la mirada.
-Eso espero. Ella no lo sabe, pero la quiero mucho. También la extraño. Llevo años esperando que me perdone y poder volver a ser las mismas que alguna vez fuimos. No sabes como me duele notar el odio que me tiene cada vez que me mira... Pero no la culpo, supongo que tiene sus razones. Solo quiero que algún día me hable -Sin darme cuenta las lágrimas me estaban rodando por las mejillas.
La puerta se abrió y Jose, que estaba respaldada contra ella, casi se cae.
-¿No me odian? -Entonces entendimos todo. Angie estaba escuchando atrás de la puerta. Se notaba en su cara que había llorado también. Jose se levantó del suelo y yo igual.
-Sos una pelotuda -La reprochó mientras la abrazaba con fuerza.
-Perdón -Se disculpó mí hermana.
-Shhhhh.
Angie y yo nos miramos por unos segundos. Parece que ambas pensamos lo mismo. Nos abrazamos.
-Necesito ayuda -Susurró entre sollozos.
-¿Helado de depresión? -Angie asintió. Entonces entramos a su pieza.
●●●
Matías:
-¿Cómo te sentís?
-La verdad, para la mierda.
-Supongo. Es terrible lo que pasó... pero...
-¿Pero? ¿Dijiste pero? TU MAMI ES UNA TONTA -Los dos nos reímos. Extrañaba reír con ella. Extrañaba verla felíz.
-Mí mami una vez me dijo, que no se puede vivir para siempre con rencor. Además, todos nos equivocamos, porque somos humanos. La cosa está en saber perdonar, para mantener la paz interior. No creo que quieras perderlos ¿No? Son tus amigos. Los quisiste. Los querés.
-Wow. Que sabia mí suegra.
-¿Qué?
-NADA -JAJAJAJAJA.
-Forro, no te escuché -Ella me sacó el paraguas y me volví a mojar.
-AAAAHH, ESTÁ FRÍO -Le arrebaté el paraguas de la mano para que se mojara al igual que yo.
-¡NOOOO!
Empecé a correr por el lugar. Pisaba algunos charquitos mientras me reía. Ella gritaba y me perseguía.
-MAI OMBRELA ELA ELA EH EH EH AN MAI OMBRELA ELA ELA EH EH EH -Empecé a cantar. Rip oídos.
-¡Vení acá pendejo! -Entonces me frené de golpe y ella se chocó levemente conmigo.
Había quedado muy cerca de mí y ahora los dos estábamos bajo el paraguas.
La miré y estaba sonriendo. Yo también lo hacía.
Era hermosa.
Estaba tan cerca que sí no fuese porque me agarró desprevenido y me quitó el paraguas, le habría dado un beso.
N/A: Ola. Ahí les dejo droguitas, ahre.
Quiero pedirles algo.
En el último capítulo alguien muy "piola" me dejo un comentario horrible. Me dolió en serio leer eso. Les juro que hasta pensé dejar de escribir.
Lo borré apenas lo leí. Es re cobarde, lo sé, pero no quiero tener un recordatorio de éso.
Quiero pedirles que no me hagan éso. Sí saben que mí historia es una mierda, que aburre, que se vuelve repetitiva, que ya cansó, etc. Prefiero que no me lo digan, porque me tiran abajo muy fuerte y se me van todas las ganas que tengo de seguir con esto. Recuerden que es mí escape a la realidad y perder una de las únicas cosas que te dan felicidad no estaría bueno. Gracias.
De todas formas. El resto de los comentarios son re piola y me río mucho leyéndolos, así que no tengan miedo de comentar, porque aprecio mucho éso ♡
Y gracias por bancarme hasta éste punto de la historia. Veo que ya casi hay 14K de leídos y juro que todavía no me lo puedo creer.
Los amo, estrellitas ♡
Pd: Les dejo mi Instagram personal... Por sí les pinta conocer a un viejo verde que se hace pasar por pendeja de 14. Ahre. ADVERTENCIA: Ojo con el cancer de vista que les puede llegar a dar.
@sofii_arca
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¿Te callas un ratito? Joya | Matías Candia
Fanfic¿Te gusta Matías Candia? Bueno, callate un ratito y vení a leer esto... ADVERTENCIA: ▶La historia lleva escrita mucho tiempo, por lo que varias situaciones o temas se sentirán viejas, ya que usaba temas actuales del momento. ▶Esto está escrito con...