Salí de la dirección y lo primero que ví, fue la cara divertida de Katherina.
—Adelante Señorita —le hicieron un ademán y ella se paró del asiento de espera para pasar junto a mí con una sonrisita retadora. Golpeó ligeramente mi hombro y entró a la dirección.
La he soportado tanto tiempo, pero jamás le toleraré que se meta con mi familia. Es insoportable la gente como ella que no saben respetar nada de lo que sus débiles y pequeñas cabezas entiendan.
Mis padres se conocieron en la preparatoria, y desde ahí cayeron en un enamoramiento indestructible. Crecieron y con el tiempo quisieron formar una familia y fue cuando mi hermana y yo recibimos la fortuna de ser sus hijas, dándonos una mejor vida de la que el orfanato de las afueras nos ofrecía.
Aún puedo recordar la sopa agria de la señora Marta que nos daba todos los días en la hora de la comida, recuerdo los latigazos que se enterraban en mi piel si no terminaba una tarea antes de cierto tiempo. Recuerdo que junto con todos los demás, nos costaba conciliar el sueño al estar escuchando como la madera no dejaba de gritar y chillar.
Era un lugar enorme y frío, donde los años se podían notar con solo observar una ventana.
Un escalofrío me recorrió la espalda al recordar todo eso, eran momentos que había tardado en arrinconar.
Agradezco que mi hermana no haya venido de ahí, ella me ha contado que en su orfanato el trato no era tan agresivo ya que les daban una minusiosa revisión los dueños de este a los que se encargaban del orfanato. Los dueños son personas amables y con corazón bondadoso que dieron los recursos necesarios para dar un hogar a chicos desamparados y gracias a dios, mi hermana creció de alguna manera sana.
Salí al patio para despejarme mejor. Sentía un poco de ardor en mi estómago por la escena del salón y sé que el profesor no me dejará entrar. Tendré que entrar a la siguiente clase.
Como era de suponerse, no había tanta gente en el patio, se supone que todos debemos estar en clases, pero claro que existe uno que otro grupo afuera. Y como pone su mano en su rostro uno de ellos, supongo que se están drogando.
Suspiré. A veces, siendo honesta, estoy harta de este sistema, me siento en un bucle sin fin. Pero después recuerdo unos pocos recuerdos de mi familia y siento que el bucle es todo lo que necesito.
—Pss...
Quité mi vista del punto fijo en el que me mantenía y volteé a mi alrededor.
Pareciera que alguien me llamó, pero no había nadie. El grupo más cercano estaba casi a cincuenta metros.
El viento sopló e hizo que cayeran mechas en mi rostro, acariciándolos. Cerré mis ojos y dejé que el olor de la humedad llenaran mis pulmones.
El rozar de unos dedos fríos en mi mejilla me hizo brincar y abrir los ojos de golpe
Mi corazón se aceleró y se me cortó la respiración cuando vi que me encontraba sola.
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Solo es un poco de oscuridad
ParanormalSangre, luz y oscuridad reinaron entre el infierno y el cielo, con los gritos de guerra y agonía. Después de que las almas puras de los Arcángeles tomaran las llamas del infierno al ser los vencedores, obligan a los demonios a reencarnar en la Tier...