—¡Quítame las manos de encima!
El chico así lo hizo.
Mi cabello cayó a mi rostro de nuevo. Bajé la manija de la taza para que el agua se fuera con mi pestulante vómito.
—¿Qué te pasa? —preguntó confundido.
—¿Por qué? ¡¿Por qué?! ¿Por qué ví eso? Yo te conozco, Zerek.
Pondría mis manos en el fuego para confirmar eso. No sabía bien como lo sabía, pero así era.
—No tengo idea de qué hablas.
—Ambos reíamos en diferentes lugares y luchábamos juntos ¿Por qué ví eso?
—Estás borracha, ves cosas.
—No me mientas, borracha no delirio. No lo imaginé, lo ví. ¿Por qué siento que te conozco? ¿Acaso nos conocemos? Me has hablado como si me hubieras conocido antes.
Zerek se incorporó. Se veía molesto.
—No sé de qué hablas, deberías ir a casa a descansar.
Me enfadé sobre manera y salí del baño, golpeando el hombro de Zerek al salir. No mostraba ni un maldito indicio de decirme la verdad. 0
Lo conocía, estaba segura ¿Pero de dónde? Parecía que no lo había visto nunca en mi vida hasta hace poco, cuando comenzaron las clases. Fue como si se tratara de un recuerdo, como si ahora recordara mi primera borrachera, era la misma sensación del pasado en mi cabeza.
Enfurecida choqué contra un cuerpo fuerte. Alcé el rostro para disculparme pero cuando noté quién era me abstuve.
—Tan bella como siempre ¿A dónde vas con tanta prisa?
El vomitar me ayudó a recobrar la conciencia y mi equilibrio.
—Erick, como siempre es fastidiante verte —quise pasar de lado pero me tomó del brazo.
Por dios, no estaba para esta mierda.
—No me has saludado si quiera ¿Qué ocurre? ¿Desde cuándo me desprecias?
—¿Cómo no hacerlo?
—Auch, deberías aprender modales, si quieres yo puedo enseñarte.
Me safé de su agarre y le dí una bofetada con la ira albergando. Solo necesitaba una gota para derramar el agua.
No hizo nada, solo se quedó quieto con una sonrisa como si era lo que buscaba y así lo ha conseguido.
—Quiero ser clara, Erick —señalé su rostro, queriendo picarle el ojo hasta que sangrara —Quiero que me dejes en paz, no se qué buscas con tus jueguitos pero estoy harta. Quiero que te alejes de mi.
—La gente quiere tantas cosas pero no siempre las consigue. Si no hago lo que quieres ¿Qué pasará? ¿Me darás una paliza? —su sorna no me molestó, al contrario, me inspiró.
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Solo es un poco de oscuridad
ParanormalSangre, luz y oscuridad reinaron entre el infierno y el cielo, con los gritos de guerra y agonía. Después de que las almas puras de los Arcángeles tomaran las llamas del infierno al ser los vencedores, obligan a los demonios a reencarnar en la Tier...