Poco a poco, sabía relacionarme con los chicos. Incluso comenzaba a tolerar a Orien.La práctica en manada comenzaba a ser habitual, donde saciabamos el portar el filoso instrumento. Los árboles del bosque eran nuestro amigos, donde practicábamos puntería, fuerza y precisión. Las batallas en parejas también era un buen ejercicio.
Aunque para mis adentros sabía que al mejorar todos estos aspectos de lucha solo me haría mas letal y peligroso al no controlarme, no podía evitar sentir el cosquilleo placentero de mis músculos. Salir a correr y hacer circuitos no me calmaba como esto, sin importar los golpes que podía llevarme de mis compañeros, ya que era ese tipo de dolor que me atestaba en sosiego y me calibraba.
El sudor y los pulsos de las técnicas que compartíamos entre sí, la irritación de no darle al blanco que Yurisa dibujaba con gis en los árboles o el placer cuando si le daba al centro hacía un enlace fuerte entre todos. Era otra cosa que compartíamos: los jadeos, sudor, frustración y cacería.
Intentábamos adentrarnos a la cacería de cada uno aunque para mi comodidad prefería salirme solo y manejarlo yo. Esto, decía Yurisa para convencernos, nos ayudaría a conocernos, ayudar por si las cosas se ponían pesadas o necesitamos control obligado de otras manos cuando era demasiado.
Sin embargo, había estado toda mi vida solo, no nos gustaba que nos analizaran. "K" era hábil para alejarse y hacernos perder entre la multitud o sombras así perder el rastro y era lo único que compartíamos aunque lo tomábamos de diferente manera, lo podía sentir.
Él sentía la molestia y hastío lo que daba por consecuencia el desquite contra la víctima, sabía como manejarme y acorralarme metiendo a una tercera persona. Por otro lado para mí era incómodo la idea de cómo otros conozcan mis movimientos y a pesar de que estamos varados en el mismo lugar.
Llego a pensar que puedo acostumbrarme a su compañía pero no en todos los escenarios, nunca en todos.
No era el único. Orien irradiaba ira pero cuando está en sano juicio nos pedía malhumorado que no lo soltemos tan fácil pues él no era discreto, no le importaba del nada a su "M".
Yurisa era inestable, impredecible con un tornado de emociones desagradables que la obligaba a encerrarse en su habitación la mayor parte del tiempo cuando regresaba por unos días. Era mejor para ella que la acompañáramos. Mientras que el vaso de Jayden se derramaba con mayor regularidad y eso rebosaba su culpa ya que en cierta manera, si, era quien para mi parecer era el que peor tomaba su traslado sin dominio.
Esta madrugada era la cacería de Jayden. Algunas veces había días que coincidían algunos, pero agradecíamos que no todos al mismo tiempo.
Jayden estaba en medio de la carretera y al ser tan tarde no teníamos problemas con las personas. Nos encontrábamos los demás sentados a unos metros de distancia, lo suficiente para que pudiera ver cada detalle excepto lo que las sombras guardaban solo para ellas, escuchando sus risas por sus secretos.
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Solo es un poco de oscuridad
ParanormalSangre, luz y oscuridad reinaron entre el infierno y el cielo, con los gritos de guerra y agonía. Después de que las almas puras de los Arcángeles tomaran las llamas del infierno al ser los vencedores, obligan a los demonios a reencarnar en la Tier...