Epílogo

14 1 0
                                    

—¿Ya sabes algo de tu hermana? 

Zerek se sentó junto a mi lado, junto al frío. 

—No, sigue desaparecida. 

Asesinó a sangre fría a dos personas para escapar del hospital. Podía verla reunida junto a Silas. 

—¿Cómo estuvo el funeral de André?

Parpadee con una ráfaga de aire que me hizo estremecer.

—Como cualquier otro funeral. Su hermana no para de llorarle, sintiendo culpa. Enfrente de ella lo asesinaron mientras intentaba liberarla ¿Cómo estarías tú?

Silenció. 

No lo miraba, solo veía los pinos del bosque frente a mi. 

—Deja que llore. Llorar es la forma más sana de sentir el dolor. 

No dije nada, sabía el motivo de decir eso.

—Comienza —casi espeté.

Suspiró. 

—Existe una magia poderosa en nuestro hogar. En un día, miles de almas nacen, sin embargo, a veces dos de esas están de una forma vinculadas con una fuerza excepcional, no solo en cuerpos. Básicamente esas dos almas están destinadas a encontrarse y a perdurar en su existencia con un sentimiento fuerte de necesidad, confianza y muchas veces amor. 

Mi corazón se encogía con cada palabra. 

—No hay una forma bien estructurada de explicar este fenómeno, pero nosotros le llamamos Estritus. La gente lo sabe en cuanto se ven, se siente. Nosotros los sentimos cuando niños. Desde que nos conocimos, no nos pudimos separar y nunca lo hicimos, simplemente tenernos cerca era algo elemental. 

“Vienes de un linaje muy importante y fuerte de Guardianes, guerreros que protegen Celestiales. Tus padres eran los más cercanos Guardianes y amigos de los Celestiales, que es como la realeza allá."

—¿Mis padres? —un sentimiento de vacío llenó mi pecho, uno donde se tuvo que hacer más grande para hacer entrar más vacío. 

—Si —puso una mano en mi brazo —pero solo fueron tu padre y tu por muchos años, tu madre…

No era necesario que acabara. La idea de tener otros padres que no fueran Gerard o Bernart no me entraba por la cabeza. No era justo. 

—Hace muchos años, tu padre nos encomendó una tarea ya mayores y con nuestro entrenamiento casi concluido. Eras una de las más fuertes Guardianas, junto a uno de los mejores Guardianes, pero eso era así porque éramos el mejor de los equipos. Leíamos nuestros movimientos mucho antes de que los hiciéramos. Por eso, fue a nosotros que nos mandó al infierno en una misión. 

"Las cosas… no salieron bien, entonces nos atraparon antes de nosotros a Silas. Estuvimos mucho tiempo ahí, en el frío infierno. Llegó un momento donde no sabía cuánto tiempo tenía en esa celda infernal, pero la peor parte de mi captura no fueron las torturabas que creaban en mi cabeza o las que marcaban en mi cuerpo para querer informarse, fue el hecho de que nos separaron de inmediato. No sabía nada de ti excepto una cosa: seguías viva. Si tú murieras, yo lo hubiera sentido, sería una parte muerta en mí que siempre estaría 

“Esa fue la real tortura.

"Un día, cuando ya no quería seguir luchando contra mis propios miedos creados por mí para atacarme, me liberaron.

“Ningún Guardián pisaba terrenos infernales, sabíamos que había posibilidades de una derrota pero no nos importó porque nos teníamos.”

Escucharlo hablar me resultaba una historia que no tenía nada que ver conmigo. En parte tenía razón, esa persona ya no existía, pero notaba por la manera en la que “habla de mi pasado” que él no estaba de acuerdo conmigo de eso. 

Solo es un poco de oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora