Capitulo 39

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—A ver, a ver

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—A ver, a ver. Corta el rollo —enfatizó Orien en su asiento.

Solté un bufido y puse mis dedos en el tabique de mi nariz. Hablar de esto tampoco era fácil para mí, pero Amara y yo concordamos en qué merecían saber lo que nosotros sabíamos, pero abría consecuencias sin duda, cómo la reacción que tendrían.

—Somos demonios del literal hogar del fuego eterno, nos castigaron por armar un poco de alboroto y nos aventaron a la Tierra como mitad mortales, mitad malditos ¿Me equivoco en algo? ¡Ah! Claro, lo olvidaba. También nos quitaron los recuerdos para mayor placer.

Apreté mis labios pensando en sus palabras. Por desgracia estaba muy bien resumido aunque no creía que solo fué "un poco de alboroto".

—Si, supongo que algo así. Y baja la voz, por favor.

Yurisa se levantó del asiento y puso sus codos en la mesa en la que estábamos del bar de La Cueva, pensativa.

—¡Perdona! Pero parece un patético chiste y no puedo controlar mi tono de voz, espero que lo entiendas.

Si lo entendía, una parte de mi estaba así pero tenía que tener control para tener una buena balanza y no dejar que la cólera nos sobrellevara.

—No entiendo cómo sabe el chaval este —por fin habló Jayden, ceñudo.

Alcé una ceja de irritación por lo mismo.

—Al parecer estuvo con nosotros en ese entonces.

—¿De qué hablas? —Orien giró los ojos, sabiendo que la información podía empeorar.—¿Es un hijo de la noche también?

Reí, ojalá fuera así.

—No, mucho peor, todo lo contrario.

Los tres me miraron con ímpetu y tensos.

—Según nos dijo, es un guardían de la luz —sonreí por lo que me parecían un mal chiste, cansado —un ángel.

Un quejido salió de los tres. Orien sonrió agotado de tanta mierda. Es lo único que podemos hacer.

—Joder, pero vaya burla —arrastró Yurisa con un suspiro.

—No pues está de puta madre ¿No lo creen? ¿Deberíamos inclinarnos cada vez que lo veamos pasar? —Orien estaba más que indignado, pero yo también y no quería admitirlo en voz alta.

Entre todos las personas que existen, mi menos preferida era una figura celestial. «Genial» repuse en mi cabeza con amargura.

—Entonces él sabe lo que pasó, él sabe todo, la razón de porqué nos hicieron esto.

Jayden, el varón de cabello negro era el más sereno de los tres, pero había molestia en sus ojos, como todos.

—No lo sé, no dijo nada concreto pero supongo que sí. Dijo algo de un enlace en ambos lugares del "el cielo y el infierno" o algo así.

Solo es un poco de oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora