Empacar no era nuevo, ni mucho menos frustrante pero sin duda ahora sentía nostalgia poco frecuente. Tuve nostalgia cuando empaqué en Chicago por mi amistad y es muy probable que la sintiera ahora por Amara. Sin duda es extraño.
La manera en que me miró en los baños, efímera, tan decepcionante y con tanto temor. Me miró como en realidad soy.
No sé que me ponía peor, su reacción o el echo de tener que irme sin siquiera explicarle, tan si quiera hacerla conocedora de mi situación. No buscaba excusarme, solo que conociera las verdaderas razones.
El único que estaba inundado por los impulsos anoche era Orien, Yurisa y yo intentábamos controlarlo.
Los impulsos de Orien suelen ser más agresivos, poco discretos y fue cuando conoció a Yurisa quien ayudó a tranquilizarlo, detenerlo si hacía falta o eso me platicó.
Tal vez estuvo bien. Su reacción —natural, realmente no me quejo— que tuvo fue putrefacta, me imagino si me hubiera visto sin control, yo empuñando el arma para asesinar a un aura sucia.
—Estás así por la chica ¿verdad?
Yurisa, se instaló a mi izquierda, sentía su mirada pero yo seguía clavando mi atención en la maleta.
No solo era Amara. Estaba cabreado conmigo. Estaba empacando para irme sin saber quién era el asesino "S" quién tenía una obsesión con ella. No podría protegerla estando lejos, ayudarla y saber si está bien. No lo sabía, tal vez largarme no es la mejor idea.
—En realidad no es asunto tuyo —acomodé mejor las cosas de la maleta donde había aventado mis pertenencias en la fraternidad y la cerré.
Yo me encontraba ahora en el departamento de la manada.
—No, no es mi asunto, pero se te ve en el rostro.
—Si, parece que estás a punto de llorar —Orien apareció en toalla saliendo de la ducha, por lo que su cabello seguía húmedo y escurriendo un poco.
Orien tenía el tacto de su navaja.
—Bueno basura, si supieras controlarte un poco más, nada de esto hubiera pasado.
No lo podía ocultar, estaba enojado.
—¿Control? ¿En serio? ¿Alguno de nosotros tiene un control de si mismo las veinticuatro horas del día?
Tenía su punto. Apilé las mochilas de todos en un solo lugar.
—Entiendo —es lo único que pude decir.
—Estaremos como manada, tenemos que trabajar juntos y apoyarnos —Yurisa llevó un mechón de cabello junto con el resto para amarrarlo con una liga.
—Además ¿Qué ibas hacer después? ¿Se lo ocultarías a la chica? Tarde o temprano se daría cuenta de lo que somos, unos animales. Y como animales si nuestra hábitat ya no funciona, a moverse —se encerró en la habitación. Yo espero que para cambiarse e irnos.
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Solo es un poco de oscuridad
ParanormalSangre, luz y oscuridad reinaron entre el infierno y el cielo, con los gritos de guerra y agonía. Después de que las almas puras de los Arcángeles tomaran las llamas del infierno al ser los vencedores, obligan a los demonios a reencarnar en la Tier...