No tardé nada en quitar ese estúpido e infantil mensaje. Mientras limpiaba no se me vino a la mente más que otro nombre: Katherina.
No se me ocurría a nadie más, solo ella haría tal tontería y después de lo que dijo en clases, no lo dudo. Creo que no está enterada de que Erick y yo cortamos y estoy segura que no tardará en descubrirlo, siempre quiere saber todo de nosotros.
Nosotros... Ahora no hay un nosotros, pero después de todo, creo hacer lo correcto, Erick no me merece.
Será más fácil de superar esa etapa de lo que pensaba.
Zerek vino a mi mente, y recordé como me defendió sin siquiera conocerme. Una forma violenta pero, debería darle las gracias.
Aunque debo admitir que da risa el hecho de que a pesar de eso, me da un poco de escalofríos ahora pensar en mirarlo. La frialdad en sus ojos cuando amenazó a Erick, me hizo pensar en ese momento que le haría otra cosa, pero cuando se alejó pude respirar y alejar la idea de ser testigo de homicidio.
Imponente, duro y frío son las palabras que me llegan a la cabeza, pero si me defendió y se mostró amable al verme, no creo que lo sea del todo.
*
—¡¿Terminaste con Erick?!
En cuanto llegué, Payton ya estaba esperándome en donde siempre me estaciono con cara de preocupación.
—Tranquilo, fue una buena decisión —me quité el casco y recibí el abrazo que me tenía preparado.
—Amara sabes que siempre busco tu felicidad, pero creo que ahora fue lo mejor —me susurró.
—Lo sé, pero además te caía mal, te conviene —reí un poco.
—Si pero primero eres tú y lo sabes —dijo con seriedad y claro yo lo sabía.
—Vamos a clases —me separé de él decida a caminar, pero él tomó mi brazo y me jaló para que parara.
Tenía una cara sería y por un momento me preocupé, pero vi como comenzaba a juguetear con sus dedos y supe que estaba nervioso.
—¿Qué pasa? ¿Todo bien?
El chico aclaró su garganta y finalmente me miró a los ojos.
—Las pruebas de fútbol son hoy después de clases ¿podrías apoyarme desde las gradas?
¿Mi mejor amigo me está pidiendo apoyarlo? ¿Y en fútbol? No sé si darle un golpe o saltar de alegría.
—¿Desde cuando comenzaste a tener esa idea? Me quedé en que detestabas los balones —la última vez que tuvo relación con un balón por su propia decisión, fue hace cinco años, y se despidió de él con un golpe de un balonazo en la cara.
—He estado entrenando, aún no te lo quería decir pero necesito tu apoyo hoy —alborotó su loco cabello castaño con una mano y mostró una sonrisa apenada.
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Solo es un poco de oscuridad
ParanormalSangre, luz y oscuridad reinaron entre el infierno y el cielo, con los gritos de guerra y agonía. Después de que las almas puras de los Arcángeles tomaran las llamas del infierno al ser los vencedores, obligan a los demonios a reencarnar en la Tier...