Sangre, luz y oscuridad reinaron entre el infierno y el cielo, con los gritos de guerra y agonía.
Después de que las almas puras de los Arcángeles tomaran las llamas del infierno al ser los vencedores, obligan a los demonios a reencarnar en la Tier...
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Lo seguí hasta la calle, un poco lejos de los borrachos que estaban por la entrada, riendo de la caída de los suyos por el mareo.
No me dejaría con la duda de su enfado relacionado con un amor que tuvo.
¿Lucy? ¿Una chica en la vida de Jayden? Me era difícil verlo para ser honesta.
—¿Quién es Lucy?
—Eres fastidiosa ¿Lo sabías? —se detuvo por fin, con el viento golpeando nuestro rostro.
—Me lo han dicho, sí.
También crucé los brazos en un intento torpe de conservar calor.
Me vió, analizando si valía la pena o no hablar. Cuando suspiró, supe que gané.
—Lucy era una mujer hermosa —comenzó, con ternura y tristeza.
Me di cuenta de que estaba hablando en pasado. Justo ahí, callé mi voz burlona.
—La conocí hace dos años —rió al ver la sombra del pasado en sus ojos —Llevaba el cabello corto hasta los hombro, era de un negro intenso y lacio, siempre olía al mismo perfume.
Suspiró mientras yo entrecerraba los ojos.
—Siempre estaba positiva pese a que no era una chica de muchas palabras. Era tan comprensiva. Cuando supo quién era, no inmutó, todo lo contrario, quería ayudarme a sanar, eso decía siempre. Ella pensaba que había una cura, juraba por su vida que la encontraríamos.
"No solo me permitió estar en su vida, también quería compartirla conmigo. Yo sabía que era la peor idea, pero, pensé que valía la pena intentarlo, pensé que merecía un poco de amor.
"No solo era bella, también tenían el don de la humildad y perseverancia. Era difícil oponerse a ella. No importaba nada, ni siquiera el círculo de muerte que se formaba a nuestro alrededor. Estaba decidida a cambiar de ciudad o país las veces que eran necesarias para estar juntos. Esa sensación de sangre en la boca en cada beso... Era lo de menos al sentir ese tipo de proximidad.
Con eso último, quise interrumpir para preguntar pues ahora Blake carecía de esa característica, pero no podía. Estaba tan sumergido que decidí callar por lo mientras.
—Conforme pasaban los días las cosas se caían a pedazos, pero no quisimos verlo, no quise verlo. Había señales y decidimos ignorarlas.
"Nuestros impulsos no los podemos controlar, Amara —me observó directo a los ojos con reprenda —muchas veces no sabemos lo que hacemos y no sabemos en qué punto dejamos de saberlo. Así que sí, como seguro ya concluyó tu cabeza, asesiné a Lucy, asesiné al amor de mi vida por un impulso que no noté hasta que la ví en pedazos en la alfombra.
El deterioro de esa pérdida se marcó en su rostro. No pude decir nada ¿Qué se decía en estos casos?
—No es porque no quiera ver a Blake y a ti felices. Aunque Blake es el más cuerdo de los cuatro a veces, sigue siendo un demonio y no nos damos cuenta del momento en el que se activa eso. No existe cura, no hay forma de cambiarlo. Te sugiero que corras, hazlo por tu vida porque sé que acabarás igual a mi Lucy. A mí me hubiera gustado que ella corriera.
