Capitulo 36

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Había pánico, incluso sabiendo quién era el que me tenía sujeta

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Había pánico, incluso sabiendo quién era el que me tenía sujeta.

Me hizo retroceder con rapidez y me pegó el cuerpo a la pared. Pude sentir esa fragilidad de estar de este lado, el lado acorralado.

Pero agradecí el enojo que desprendí en la mirada al encarar a Zerek.

Conciente de no poder gritarle, lo empujé por el pecho con fuerza para que se alejara de mi.

—¡¿Me puedes decir qué mierdas haces aquí?! —grité en un susurro forzado.

La calma que llevaba Zerek me desesperó más de la cuenta. Las venas de su cuello se marcaron ante la obvia desaprobación.

—Mejor dime qué haces tú aquí ¿Eres idiota o que tienes en la cabeza? —golpeó con su dedo, sin fuerza, mi cien, donde su semblante daba desespero.

Sus palabras me hicieron afinar mi molestia ¿Quién se creía que era?

—Te importa un culo lo que haga o dónde esté, ese no es asunto tuyo —escupí, harté de su comportamiento.

—No, no tienes ni una idea de lo que dices, ni en lo que te metes. ¡No! ¡Éste —señaló la dirección de la calle a la que estaba Blake —no es tu asunto! ¡¿Por qué no comprendes de una buena vez?!

Por más que intentábamos bajar la voz, era imposible. El calor de la discusión era más fuerte.

—¡Deja esto a un lado! ¡Comprende! ¡Alejate! ¡Alejate de él! —sabía que quería estallar como era debido, pero igual se moderaba. No era necesario oír la fuerza de sus gritos para saber que estaba tan enojado como yo.

Mi estómago me ardía de la ira. ¿Por qué le interesaba ésto? ¿Qué es lo que ganaba? ¡Ni siquiera podía confiar en él después de lo que ví en la última fiesta!

¡Él sabía! ¡Estaba al tanto de Blake! ¡De lo que hacía! ¡Del peligro! No comprendía cómo ¿Y él? ¿Cómo conocía esa información él?

—Quiero que te marches y me dejes en paz —advertí con frigidez.

—¡Nunca! No mientras tú sigas aquí.

—¡Pues bien! ¿No te quieres ir? —me aproximé a él con el calor en el rostro —dime porqué me seguiste ¿Cómo es que te conozco sin en realidad recordarte? No lo entiendo ¿Cómo sabes información a la que nadie te ha involucrado? —estallé ante el rostro de incredulidad del muchacho.

Se veía que sus dientes estaban tan apretados que pudieran romperse. Sus puños estaban apretados en sus costados, inmóvil ante mi cercanía.

Las preguntas acumuladas detonarían en mi cabeza, queriendo deslizarse por mi boca. ¿Por qué tenía tanto empeño en mi cercanía para que me apartará de Blake?

—Estoy más involucrado yo que tú en estos momentos —desprendió con frialdad como la de sus ojos.

No entendía lo que quería decir. Ni siquiera hablaba con Blake.

Solo es un poco de oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora