Sangre, luz y oscuridad reinaron entre el infierno y el cielo, con los gritos de guerra y agonía.
Después de que las almas puras de los Arcángeles tomaran las llamas del infierno al ser los vencedores, obligan a los demonios a reencarnar en la Tier...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Incluso antes de las seis, que era la hora que daba inicio la cena, el timbre de la casa retumbó por todas las habitaciones.
Contrataron gente para atender la necesidad de todos, lo que se me hizo excesivo. No el contrato, sino la cantidad. Supongo que mis tíos querían dar una buena impresión.
Payton estaba nervioso ya que, como yo, no habíamos asistido a esta fiesta ni a otra parecida.
Payton salió del baño cuando le dije que ya estábamos las dos vestidas y me llevé la impresión de lo bien que se veía con traje. Le quedaba un poco grande pero eso pasaba desapercibido por su buen rostro y su sonrisa confiada.
Payton medía un metro ochenta, y eso hacía que las chicas por lo general pusieran más atención a su presencia que a otras personas. El chico era atractivo, delgado pero no demasiado y gracias al entrenamiento del equipo, su cuerpo se empezaba a definir. Tal vez en alguna realidad alterna pudiera atraerme si no lo conociera, pero ahora veo a un chico que conocí sacándose los mocos, envueltos en una mejor relación que una romántica, era mi familia.
—¿Qué tal? ¿Segura que no estás enamorada de mi? Yo estaría enamorado de mí sí fuera tú —dio un par de vueltas para que percibiera mejor su vestuario.
—Calla tonto y mira cómo quedó tu hermana.
La pequeña sonrió ante mis palabras después de fingir arcadas a lo que decía su hermano. Dio un salto y modeló el vestido rosa pastel que llevaba puesto. Su cabello lo sujeté en media coleta con una cinta a juego y sin duda, se veía encantadora. Podía pasar desapercibida como una niña inocente que no rompía ni un plato, solo la familia sabía que tan traviesa podía ser.
Cuando nos pidieron bajar, ya había voces que rompían el silencio que albergaba en los últimas semanas. La música instrumental estaba en lo bajo y un aroma fresco decoraba las paredes.
Payton llevaba de la mano a su hermana, que intentamos convencer que se portará tranquila ya que no conocíamos está gente.
Cuando bajamos de las escaleras, pude ver qué no eran muchas personas. Eran alrededor de diez personas fuera de la familia.
Advertí a papá Gerard hablando con un par de caballeros, la mayoría arriba de los cuarenta, calculaba.
—Amara —llamó Payton con voz serena.
Alcé la mirada y sonreí antes de que me dijera cualquier cosa.
—Te ves guapa.
Su cariño y dulzura me hicieron sonreír más y agradecí el piropo.
Antes de salir, observé mi reflejo en el espejo. Había elegido un vestido blanco suelto, que dejaba a la viste mi espalda. Había rizado un poco mi cabello y lo peiné en un chongo bajo con mechones sueltos Eso hacía que los accesorios en mis orejas color plata que colgaban resaltaran. No sé veía mal con la gargantilla blanca que me tuve que poner para que no se fijarán en el corte . El maquillaje era discreto pero bien hecho y sin duda, quedé conforme con lo que veía.
