Un Amor Inesperado en Invierno

Capítulo 8. Entrenando Juntos

Milk y yo, vamos camino a los casilleros para cambiarnos de ropa. Luego de hacerlo, seguimos por uno de los pasillos para ir hasta el estacionamiento, en ese instante veo salir a Vegeta de la enfermería con Dieciocho. Su mirada me intimida pero él es tan misterioso y reservado, no tengo ni la más mínima idea de lo que puede estarle pasando por su mente. Dieciocho me lanza una mirada asesina, no puedo creer que fui yo quien casi le destrozó el rostro. Caminamos los cuatro y pasamos por un lado sin mediar palabras.

―Pero, que caras tan serias. ―musita Milk luego de haberlos pasado.

Yo solo sonrío. Al cabo de unos minutos me despido de los chicos.

―Bulma prepárate para mañana, no sabemos que intenciones tenga Vegeta contigo. ―me advierte Goku.

―No la pongas más nerviosa, Goku. Basta con todo lo que ha sucedido el día de hoy. ―agrega Milk.

―Pero, si es la verdad, Vegeta ha sido entrenado por los mejores desde pequeño, por eso le llaman el guerrero saiyajin porque ese nombre proviene de una academia de artes marciales donde por generaciones han venido entrenando lecciones de guerreros antepasados de todo el mundo. No todos pueden entrenar en ese templo. ―comenta Goku.

―Ya no quiero saber más, necesito llegar a casa y descansar. Hasta mañana amigos ―me despido subiendo a mi auto.

―Descansa, Bulma ―dicen ambos.

***En casa***

Son las 9:00 p.m. y estoy trabajando en el laboratorio. No debo descuidar mis actividades. Sigo pensando en lo que dijo Goku. Vegeta tiene algo planeado para mí y eso me tiene inquieta, no se de lo que es capaz. Lo bueno de todo esto es que estaba muy guapo, es muy atractivo. ‹‹Bulma cómo puedes decir eso de alguien que no sabes si está planeando algo malvado para ti›› me digo así misma. Solo sé que de solo pensar en él, mi corazón toma un rumbo distinto.

***Al día siguiente***

Me encuentro en clases y recibo un mensaje de Milk:

Milk_9:25

Querida Bulma, acabamos de encontrarnos con Vegeta y dice que quiere verte una hora antes del entrenamiento, es decir, a las 5:00 pm en el complejo. Lo he notado más tranquilo.

Bulma_9:26

Gracias por avisar, Milk.

*** 9 Horas más tarde***

Luego de unas exhaustivas clases. Me encuentro en el complejo, sentada en una de las bancas. Estoy tan ansiosa que puedo sentir que con cada latido, mi corazón saldrá de mi pecho. Además, tengo mucho frío y las piernas me tiemblan. Estoy manifestando los síntomas de ansiedad más elevados. La puerta se abre de improvisto y es él. Viene caminando hacia mí. Tiene puesto una malla de cuerpo entero color azul oscuro y unos botines especiales para entrenar. Mi corazón se acelera más y más. Es hermoso, aun así con su cara de antipático.

―Señorita Brief. Que puntual. Pensé que no vendría ―me dice con su encantadora sonrisa ladina.

―¿Qué le hace pensar que no lo haría? ―agrego sin miedo alguno.

―Quizás la paliza que le dio a Dieciocho ayer ―dice serio.

―Pues, de no haberle usted enseñado a no retar durante las peleas, no hubiese llegado a tal extremo. Por cierto ¿Cómo sigue? ―pregunto para bajar sus niveles de altanería.

―Eso es añadidura, señorita. Si usted quiere hablar o no durante el combate ―aclara ―Ella se está recuperando.

―Perfecto. ¿Para qué me citó una hora antes? ―pregunto.

―Quiero ver su desempeño y corregirla en ciertos movimientos ―menciona ―Venga para acá.

Voy caminando hacia donde esta él con cierto cuidado. Estoy muy cerca y el olor de su perfume me invade. Él, comienza a corregir mi posición de defensa, toca mis manos y vuelvo a sentir esa electricidad de nuevo. Baja hasta mis piernas y la toma para corregir la posición de ellas. Sus manos y brazos son fuertes, pues, tiene una facilidad de moverme aun estando rígida. Sin querer, pierdo un poco el equilibrio mientras el mueve mi pierna, lo que hace que casi caiga sobre él y alcanzo sostenerme en su hombro y no puedo evitar que salga de mí una risa nerviosa. Me mira y siento que me fulmina con la mirada. Me pongo seria y no paro de reír internamente, estoy avergonzada. Su cuerpo es muy fuerte, cada musculo, sus trapecios, sus hombros son muy musculosos. No cabe duda que este hombre entrena muy fuerte.

―Lo siento. ―digo soportando las ganas de reír.

―Relaja los músculos ―dice mirándome―estas muy tensa y así no podrás dar soltura a los movimientos.

―Está bien. ―contesto.

Por primera vez me ha tuteado. Me es imposible relajarme con él sintiendo sus manos en mis piernas y mis brazos. Está detrás de mí corrigiendo mi postura. En un instante, volteo despacio y me encuentro con su rostro mientras me tiene tomada por la cintura. Mi respiración se vuelve densa, no sé qué me pasa.

En ese momento él se para frente a mí y se pone en posición de defensa y me exige algo.

―¡Atácame! ―exclama.

Yo, sin más que pensar le lanzo un golpe con mi puño y él lo detiene.

―¡Mas fuerte! Quiero que me mires a los ojos y me golpees como lo hiciste ayer con Dieciocho ―agrega.

Recuerdo cuando ayer le dijo a Goku que yo sería derrotada, y toda su defensa hacia Dieciocho hace que me arme de valor para comenzar a golpearlo. Me acerco rápidamente y comienzo a dar golpes y patadas velozmente las cuales él va respondiendo, esquivando y deteniendo.

―¡Vamos! Pegas como nena. ―me dice.

―Soy una nena. ―respondo jadeante y dando golpes simultáneos.

Lo sigo atacando pero el bloquea cada uno de mis golpes. Siento que me falta el aire, hasta que aplica en mí una de sus técnicas en la que bloquea mis brazos y gira para tumbarme al suelo. Él queda sobre mí y tiene inmovilizada mis manos a los lados. «¡Maldición!» Me tiene atrapada y puedo sentir su cuerpo sobre el mío y su mirada fija en mí, ambos estamos jadeando y su mirada penetrante me indica que aquí hay algo más.