Capítulo 18. Ya sabía que eras tú

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     Aún sigo esperando que Tyler decida informarme algo de lo sucedido. Está nervioso y mira hacia los lados como tratando de evitar que alguien lo vea conversando conmigo. Me toma del antebrazo y me lleva hacia uno de las aulas.

―Fue Dieciocho ―dice sin contemplación sorprendiéndome.

―Ahm... ¿Dieciocho? ―pregunto despacio.

―Sí, ella me envió a soltar los hámster a cambio de estar conmigo. ―se nota avergonzado.

―Comprendo ¿Estás enamorado de ella, cierto? ―pregunto sin titubear.

―Sí, me gustaba, pero me utilizó. No pensé que esto tendría consecuencias. ―esta vez mira hacia el suelo.

―No te preocupes, veré que puedo hacer. Pero no te prometo nada, ya que me arruinaste la vida aquél día.

Me alejo y voy a mi siguiente clase. Es bueno estar en el último semestre ya que solo estoy enfocada en mi tesis final que llevo adelantada de hace semestres atrás.

(...)

Voy en busca de Dieciocho y la he encontrado en una de las aulas. Está rodeada de su grupo de amigas, y aun así no me importa decirle unas cuantas verdades en su cara.

―Hola, querida. ¿Sabes? Nunca imaginé que hubieses sido capaz de sabotear el laboratorio en mi horario de guardia. ―digo sorprendiéndola.

―¡Ah! Eres tú. ―su mirada es fulminante.

―Me imagino que los gemidos fingidos en el baño también fue una de tus bromas. ―digo acercándome.

―(Risas) Imaginé tu rostro, "¡Oh! él me ha engañado" ―responde con sarcasmo.

―Eres tan infantil y solo porque no toleraste la golpiza que te di.

―No, querida. Estas equivocada. Lo de la paliza no importa, pero si Vegeta. Él y yo hacemos el amor en todos lados, debes imaginarlo, es todo un semental de hombre. ―su hablar es de hipocresía.

―Wau, felicidades. Debe ser grandioso, sobre todo escucharlo decir cosas como: "Me vuelves loco nena" "demonios lo haces bien" "Eres mía" y en especial ese gesto que hace cuando está a punto de venirse ya sabes morder sus labios y entre otras cosas. ―confieso todo para provocarla.

―¡Eres una zorra! ¿Ya te acostaste con él? ―pregunta boquiabierta.

―(Risas) Eso no te incumbe, querida. ―respondo con una sonrisa ladina.

De pronto, se me encima para golpearme y yo detengo su mano. Intenta zafarse, pero en ese momento alguien abre la puerta. Las dos miramos hacia esta y lo vemos a él.

―¿Qué sucede aquí? ―Vegeta se aproxima a nosotras con el ceño fruncido.

―Veg, ayúdame esta mocosa me quiere golpear. ―corre hacia él y lo abraza.

―¡No es cierto! Si sigues mintiendo si me vas a dar razones para golpearte, estúpida. ―digo enojada y ella intenta golpearme de nuevo y vegeta la sostiene.

―¡Ya basta! ―ordenó furioso.

―Mire, profesor. ¿Sabe quién fue la culpable de todo el drama en el laboratorio? Pues, esta señorita. Le ofreció algo al chico que sale en las cámaras con tal de sabotearme. Así que, o usted hace algo o yo misma me dirijo a decanato y comento todo. Con su permiso. ―digo retirándome.

―Si tú haces eso yo digo en decanato que tú y Vegeta tienen sexo. ―soltó la muy descarada y delante de todos sus compañeros. Yo me detengo y Vegeta la mira con expresión atónita.

―(Risas) Ay querida, primero, tú no tienes prueba de eso, y segundo, yo jamás me acostaría con alguien como él. ―lo miro, giro, y salgo del aula.

Me siento aliviada, ya sabía que Dieciocho tenía algo que ver con lo ocurrido, pero sin pruebas cómo la delataba. Mientras tanto, acabo de aclararle a Vegeta que no volveré a estar con él, pero, una cosa es lo que digo ahora y otra es lo que siento cuando él me toma en sus brazos de improvisto. Me he dado cuenta que entre nosotros nada va en serio. Tenemos sexo y luego terminamos en discusión. No esperaba este tipo de relación para mí, pero siempre hay una primera vez.

(...)

Voy rumbo a casa, pero primero paso a comprar una pizza. Llegando a casa veo un auto estacionado. Maldición, ese el auto de Vegeta ¿Qué demonios hace aquí?

Entro y encuentro a mis padres conversando con él.

―Hola, tesoro. Mira quién ha venido a casa. Tu profesor vino a disculparse por lo del día del secuestro. ―dice mi padre entusiasmado.

―Querido aquí traigo unas bebidas para todos. ―mi madre viene caminando con una bandeja de tragos. ―Hola, cariño. ¿Qué tal tu día? ―me pregunta y yo cierro mis ojos y tomo aire profundo.

―Buenas noches a todos. ―musito ―Veg... Perdón, profesor, no me comentó nada que vendría esta noche.

―Solo pase a saludar, señorita Brief. Fue muy descortés de mi parte no haberla acompañado el día del secuestro. ―responde con una sonrisa ladina, al parecer le divierte lo que está haciendo.

―Ah, no se hubiese molestado. Bueno aquí traje pizza, con permiso. ―la coloco en la mesa y subo inmediatamente a mi habitación.

Vegeta está completamente loco, ¿qué rayos hace aquí en mi casa? Estoy ansiosa de nuevo y eso no es nada bueno. Casi siempre que estoy con él y en este estado caigo en sus garras. Pero ya lo decidí. No debo enamorarme de él. No debo hacerlo.

*Minutos luego*

Voy bajando por las escaleras y él me observa detalladamente. Prácticamente me come con la mirada.

―Querida, hemos recibido una llamada de la corporación cápsula voy con tu madre a ver qué sucede. ―dice mi padre tomando sus pertenencias.

―¡Oh! ¿Quieren que los acompañe? ―pregunto.

―No querida ¿Qué mala educación es esa? Atiende a tu profesor. Muéstrale el laboratorio. Nosotros volvemos al rato. ―dice abriendo la puerta.

―No se preocupe, señor Brief. Yo me retiro para no incomodar. ―dice levantándose de su asiento.

―No, no. Usted quédese. Siéntase como en su casa, profesor, y perdone el inconveniente que se nos ha presentado. Hasta luego, fue un gusto conocerlo. ―expresa mi padre para luego salir.

―Bulmita, mi amor. Regresamos en un rato, diviértanse. ―dice mi madre guiñándome un ojo con una sonrisa llena de complicidad y cerrando la puerta.

Pff...

Ha quedado un silencio mutuo. Pero nuestras miradas hablan más de lo debido. Vegeta ha invadido mi espacio, ese espacio sagrado que es mi familia. Me pregunto qué motivo o qué planes tiene en mente para haberse atrevido a llegar tan lejos.

Un Amor Inesperado en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora