II Temporada Capítulo 26. Recuerdos Parte I

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***Un mes después***

POV Bulma

Justo hoy hace un mes de aquél maravilloso día. Esta mañana he venido más temprano al centro espacial. Vegeta está en su área trabajando. Yo evalúo el trabajo que han adelantado mis ingenieros. De pronto un pensamiento invade mi mente.

*Flash Back*

―Mujer... me encantas...
―Ah... Vegeta... y tu más...
―Eres mía mujer... eres mía y de más nadie.
―Hazme tuya siempre... Vegeta...
―Maldición, Bulma...
―Ahh....

***

Italia es hermoso. Fue el lugar que escogimos para nuestra luna de miel. Caminamos por las hermosas calles de Venecia, es de noche y hace frío.

Paseamos frente a un restaurante con mesas y sillas a sus afuera. Un hombre alto se levanta de su mesa y camina en sentido contrario a nosotros, lleva un traje negro y un saco largo con bufanda. Al coincidir nos quedamos estáticos, es como ver a Vegeta, solo que éste lleva barba. Aquél hombre quedó pasmado al vernos, en especial a mi esposo. Observo a Vegeta de soslayo y parece haber visto a un fantasma, está atónito. Puedo sentir su mano oprimir la mía que lleva tomada.

―¿Cariño, estás bien? ―pregunto colocando mi mano en su brazo para calmar su tensión.

―No. Larguémonos de aquí. ―responde fulminando con la mirada a aquel hombre mientras me hala fuerte de la mano.

―Ve, Vegeta, espera... ―el señor nos detiene.

―¡No te me acerques! ―le exige con gran enojo.

―Cielo, ¿qué sucede? ―pregunto nuevamente en voz baja.

―Vamos, Bulma. ―nuevamente procedemos a seguir nuestro camino.

―Hijo, espera ―le dice aquel hombre.

―Yo no soy tu hijo. Y no me busques.

Nos retiramos rápidamente de aquel lugar sin decir ni una sola palabra. Llegamos al hotel donde nos hospedamos y subimos a nuestra habitación. Al entrar, Vegeta azota la puerta con dureza.

―Amor, ¿te encuentras bien? ―intento acercarme despacio.

―¡NO! ¡Maldita sea! ¿Por qué? ―comienza a golpear las cosas a su alrededor.

Se ha convertido en una fiera derribando todo a su paso.

―¡No! Ven aquí, ven. ―lo tomo de los brazos pero es muy fuerte. ―¡Vegeta, por favor! ¡No! ―intercedo y lo abrazo.

Él corresponde a mi abrazo y comienza a llorar.

―Maldito, maldito... ―gruñe en mi hombro.

―Tranquilo, cariño, estoy contigo. Calma... ―intento apaciguar su dolor.

Ese hombre que encontramos es su padre, no cabe duda, son tan idénticos hasta en la forma de su cabello.

Ya al estar más calmado procedo a hablar con él.

***

―¿Sabes? Nunca me hablaste de tus padres, y nunca te pregunté porque sabía que algo sucedía para ni siquiera nombrarlos. ―digo queriendo indagar más.

―La última vez que supe de él, su paradero era otro. No imaginé encontrarlo aquí. Mi madre falleció cuando me dio a luz, y ese hombre cuidó de mí hasta los siete años. Me dejó a cargo de una mujer porque él se tenía que ir a trabajar. Desde ese momento nunca supe más de él hasta ahora. ―explica.

―¿Y la mujer que te cuidó? ―pregunto sentándome a su lado en la cama.

―Ella es como una tía, está en otro país ahora. Yo comencé a trabajar desde temprana edad y ella me ayudaba a distancia, luego la suerte estuvo de mi lado, estudié me gradué y aquí estoy. ―confiesa.

―Vegeta... ―musito.

―Te prohíbo que me tengas lástima, Bulma ―su mirada es inquisitiva.

―Descuida, cariño. Solo que ese señor se veía arrepentido. ―miro al suelo.

―¡Ja! Por mí que se muera. Y que se olvide que tuvo un hijo ―responde con sarcasmo.

En el corazón de mi príncipe hay un rencor profundo hacia su padre, no es para menos. Es por ello que se preocupa por Trunks y no quiere perderse ningún momento con él, porque ha descubierto que crecer en compañía de la soledad puede ser muy doloroso.

Continuará...

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Un Amor Inesperado en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora