Hemos llegado a mi casa, transcurren unos segundos de silencio y al mismo tiempo ambos hablamos:
―¿Te sientes mejor? ― pregunta mirándome con sus ojos azabache que me atraen.
―Gracias por traerme ―digo al mismo tiempo.
Sonrío. Esa sonrisa que dibuja una curva fina en sus labios.
―Hasta mañana y gracias por todo. ―digo abriendo la manilla del auto.
―Descansa. Debes estar agotada por el entrenamiento. ―el posa su mano sobre la mía.
―Adiós. ―doy una leve sonrisa y bajo del auto.
Me voy alejando y mientras camino, giro mi cabeza para verlo. Me despido con mi mano y entro a la casa y lo veo desaparecer velozmente. Cierro la puerta y no sé si volverme a desmayar o llorar de emoción. Este hombre me produce una sensación indescriptible. Nunca antes había sentido esto por alguien, ni siquiera por Yamcha, pues, siempre supe a qué atenerme con él. En cambio con Vegeta es distinto, no se mucho de él y parece que lo sé todo.
Voy a la cocina y me alimento bien para recobrar energía. El desmayo debió ser por el entrenamiento extenso de hoy. Nunca imaginé poder vencer a 14 personas sin descanso. Él, está entrenado para hacer esas cosas. Y a mí me lleva por el mismo camino, es como si controlara mis actos. Pero es solo la confianza que deposita en mi lo que logra que yo de alguna u otra forma haga lo que me pida.
***Al día siguiente***
―¡Papá! necesito tu auto. El mío se quedó varado en el instituto por la nieve y me trajeron a casa anoche. ―le pido mientras voy bajando las escaleras.
―¿Pero qué dices, querida? Si tu auto está afuera parqueado. ―responde desde el laboratorio.
Que ha ocurrido, ¿Todo habrá sido un sueño? Imposible. Salgo afuera y en efecto mi auto está estacionado con una nota casi cubierta por la nieve.
‹‹Envié a unas personas con tu auto, no me gustaría verte en el auto de otro›› Firma: V.O.
No puedo creer lo que ha hecho. Mi carro está bien. A pesar de todo, él no tiene malos sentimientos, solo comenzamos con el pie izquierdo el primer día.
*** 3 Horas más tarde***
La primera clase estuvo perfecta; en el laboratorio trabajamos la gravedad. Decido ir al cuarto de baño para retocar un poco mi maquillaje. No he visto ni a Milk ni a Angelina, supongo que las encontraré en algún lado. Al entrar, de pronto comienzo a escuchar ruidos extraños, golpean los cubículos. Me acerco despacio y son gemidos, la voz de la mujer parece ser de alguien que conozco ¿Pero, de quién? Y en ese momento viene la imagen a mi mente, es Dieciocho.
―¡Oh! ¡Sí! No pares por favor.
―Ve...Ve...Vegeta... sigue así. Me encantas.
Salgo inmediatamente y siento un escalofrío que nace en mi pecho, como si he recibido el golpe más fuerte en la vida, que me derriba, que me deja sin aliento, inmovilizada y sin oportunidad de levantarme porque ya he caído. En ese instante, llegan Goku y Milk.
―¡Bulma! Te estábamos buscando. ―comunicó Milk.
―¡Ah! Chicos, hola. ―respondo distraída.
―Bulma, te veo pálida ¿Estás bien? ―pregunta Milk acercándose a mí.
―Si. Lo siento chicos, debo irme. ―contesto sin ganas de hablar.
―¿No irás a entrenar hoy? ―pregunta Goku.
―No lo creo, Goku. Necesito salir de aquí. Disculpen chicos ―digo adiós con mi mano.
La Bulma que acaban de ver hablando, es una parte robotizada de mí que se activa en ocasiones en la que estoy muy sorprendida.
Voy en mi auto y no sé qué emoción siento en estos momentos. Pero creo saber tener una palabra para ella. Desilusión. Llego al lugar que amo visitar en tiempos de cólera. Es un lago, solo que esta vez congelado. Me permito pensar si debo seguir con esto o abandonar toda esperanza que tenía con él. Tomo asiento sobre una gran roca y respiro el aire frío que hace temblar mis labios. Observo hacia el horizonte, los árboles sin hojas cubiertos de blanca nieve y unos abetos, alrededor del lago. Me siento decepcionada, y enojada. Mi móvil comienza a timbrar y lo extraigo del bolsillo de mi abrigo. Lo miro y veo el nombre de Angelina.
~Llamada de Angelina~
―Hola. ¿Qué ocurre? ―expreso sin ánimo de responder.
―¡Demonios! Te he buscado por todos lados ¿Dónde carajos estás? ―pregunta furiosa.
―¿Que ha pasado, por qué hablas así? ―respondo desconcertada.
―Tus malditas ratas se han salido de la jaula. Alguien ha roto el precinto de seguridad y la gente e incluso los profesores están que echan fuego ―espeta a través del teléfono.
―Que rayos, como si no tuviera suficiente con lo que acaba de pasar. Espérame ya voy para allá.
Cuelgo la llamada y voy recibiendo otra de Milk.
~Llamada de Milk~
―Milk, ya sé que los hámster escaparon. Ya voy para allá ―respondo antes de escucharla hablar.
―Bulma, no es por eso que te llamo, Vegeta se puso furioso cuando le dijimos que no irías hoy a entrenar y te envió a decir que te quiere a las seis de la tarde en el complejo.
―¿Qué demonios pasa con la gente? Pues, dile a Vegeta que no iré cuándo a él le plazca, que lleve a Dieciocho y se la folle en la clase si quiere. ―expreso furiosa.
―Ok... mejor le digo la primera parte, te veo en un rato. ―su voz denota confusión por lo que dije.
***20 minutos más tarde***
Voy entrando a la facultad y veo a la gente corriendo. Vegeta está reunido con los demás profesores, me ve y yo apresuro el paso hasta él laboratorio. Él me sigue.
―Señorita Brief. ¿Cómo se le ocurre dejar el precinto abierto de las jaulas? ―pregunta.
―No es su problema. ―contesto sin observarlo mientras me voy colocando mi bata y guantes.
―¿Por qué respondes así? ―dice desconcertado y aproximándose hasta mi evadiendo algunos roedores que van por el suelo.
―Déjeme sola, yo solucionaré todo. ―le anuncio sin mirarlo.
―Como quieras, recoges todo. Y te quiero en la clase de las seis ―da media vuelta para salir del laboratorio.
―¿Milk no le dio mi recado? ―doy media vuelta y lo observo.
―Si. Y no me interesa. Vas. ―contesta prepotente.
―Déjeme decirle algo. Lleve a Dieciocho, quizás ella se sienta más a gusto si usted toca sus piernas y brazos para corregirle.
―¿Qué fue eso? ―pregunta arqueando una ceja.
―Lo que escuchó. ―digito unos códigos para que la puerta del laboratorio se cierre rápidamente, él intenta entrar pero retrocede quedando del lado afuera. Sin poder hacer ni decir nada, se marcha.
Comienzo a recoger cada hámster y los voy repartiendo a cada uno en su jaula. Esto parece sabotaje. Mientras, pienso en lo que le dije. Me doy cuenta que él resultó ser del equipo en el que pertenece Yamcha. Al principio son sutiles pero luego que toman tú confianza la arrebatan contra el suelo y pisotean.
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Un Amor Inesperado en Invierno
FanfictionUn amor Inesperado en Invierno relata la historia de amor entre dos personajes del anime Dragon Ball, Bulma y Vegeta. Bulma es una estudiante universitaria que esta a punto de culminar su carrera de Física. Todo comienza a cambiar en el momento en q...