Capítulo 21. ¿Dónde está Milk?

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Escucho sirenas, es la policía y vienen para acá. Goku y Vegeta han dejado inconsciente a esos hombres y la policía ha llegado y está tomando nuestras denuncias.

Mis padres le agradecen a Goku y a Vegeta por haber estado conmigo.

Vamos rumbo a casa. Y me siento feliz de que estemos todos bien, sanos y salvo, en especial mis padres. No queremos hablar de nada malo por los momentos, lo importante es celebrar la vida.

Hemos llegado. Milk abre la puerta emocionada y todos entramos. Ella se le abalanza a Goku y se abrazan.

―Oigan, tenemos que brindar por todo. ―dice mi padre.

―¿Querida puedes servir unos tragos? ―le dice a mi madre.

―Oh no papá, yo lo hago ―corro a la cocina.

―Yo te ayudo ―dice Vegeta.

Entro a la cocina y él me toma por sorpresa de un brazo y me aferra hasta su cuerpo. Yo lo tomo por su cuello y nos besamos intensamente. Él me carga y me apoya de la pared.

―Vegeta... nos pueden ver. ―digo mirando de reojo.

―Te deseo mucho ―me susurra.

―Y yo más, todo lo que ha ocurrido me ha elevado el libido más de lo normal.

―Demonios, no digas eso porque voy a terminar amándote aquí.

―Oye... No se cómo agradecerte todo lo que hiciste. ―lo tomo por su mejilla.

―Shhh... no digas nada. ―continua besándome.

―¿Me ayudas a llevar los tragos? ―pregunto luego de haberlos servido.

―Si. ―él toma algunos.

Mis padres brindan por otra oportunidad que Kami les ha brindado. Por Goku y Milk qué son los mejores amigos que puedo tener y por Vegeta, porque para ellos es otro amigo que ha llegado a mi vida. Por haber tenido la osadía de acompañarme y apoyarme durante todo este mal rato que pasamos.

―Bueno, nosotros nos retiramos ―dice Milk abrazada de Goku.

―Chicos, gracias. ―digo mientras los abrazo.

―Querida, tus padres están bien y eso es lo importante. ―expresa Milk.

―No fue nada, Bulma. Es más, hasta me divertí con Vegeta golpeando a esos sujetos. ―dice mientras alborota su cabello.

―(Risas) Bueno, nos vamos porque ya es tarde y mañana tenemos que reportarnos en la universidad.

―¡Adiós! ―se despiden.

Mis padres le agradecen nuevamente a Vegeta y lo invitan a venir más seguido a casa y a trabajar en el laboratorio cuando lo necesite. Ellos suben a su habitación y yo me quedo abajo con él.

―Mañana tenemos que reportarnos, hoy tenías que aplicar una prueba y no pudimos ir ―comento con sutileza.

―No te preocupes. Yo me comuniqué con la señora decano y le expliqué lo que estaba ocurriendo. Así que todo está solventado.

Me acerco y le doy un enorme abrazo. El me besa nuevamente y me acuesta en el sofá posándose sobre mí. Amo sus besos, sus caricias. Y alguien nos interrumpe tocando la puerta.

―Son las 12:00 a.m. ¿Quién podrá ser? ―pregunto levantándome del sofá.

―Bulma, mi amor. Soy Yamcha, ábreme ―dice con voz suave.

―¿Yamcha? ―me sorprendo.

―¿Qué quiere ahora ese insecto? ―pregunta y frunce el ceño.

Un Amor Inesperado en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora