XXVIII

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*Narra Yan An*

Desde la noche en la que todos salimos del armario frente a los demás, sentía diferente la casa.
Descubrí que los chicos no eran exactamente como les conocía. Tenían una faceta desconocida que solo presentaron cuando estuvieron seguros de poder mostrarla. Pero seguiamos siendo una familia, más unidos que nunca.
Una tarde, Yeo y yo estábamos en nuestra habitación, cuando alguien llamó a la puerta.

- Se puede? - dijo la voz de Hui desde fuera.
- Claro, pasa. - contestó Yeo.

Hui estaba en pijama y llevaba calcetines. También tenía el pelo mojado.

- Puedo hablar con vosotros?
- Por supuesto. Cuéntanos, que pasa?
- Espera, quieres una toalla para secar el pelo? - pregunté yo antes de que siguieran con la conversación.
- Muchas gracias Yan, sería genial si hicieras eso.

Me levanté de la cama y fui al baño. Cuando volví, empecé a secarle yo mismo el pelo.

- Bueno, esto... Sobre la confesión del otro día... - comenzó susurrando, ante la mirada de preocupación de Yeo y conmigo secándole la cabeza. Él estaba sentado con las piernas cruzadas, mientras yo estaba detrás suya de rodillas.
- No te preocupes Hui, estamos en confianza, puedes hablar. - intentó tranquilizar Yeo.
- La verdad es que me gusta un chico del grupo, pero no se como dar el paso...
- Es Hyo?
- Como lo has sabido, Yan An?
- Se nota a leguas que te gusta E'Dawn, hyung... - aclaró Yeo.

Hui se sonrojó. Se tapó la cara con las manos unos segundos y luego, con la cabeza gacha, continuó.

- No sé cómo declararme. Y si a él no le gusto?
- Debes probar hyung, si no, nunca lo sabrás... - le dije dándole un masaje en la cabeza con la toalla.
- Pero... Cómo?
- Invitale a salir, llévale a algún lugar con bonitas vistas y sé sincero. Así lo hice yo con Yan...
- Bueno, no fue exactamente así, pero parecido... - musité tocándome el mentón.
- Está bien... Sois geniales chicos, no sé qué haría sin vosotros.
- Ni nosotros sin ti. - sonreímos y contestamos Yeo y yo al unísono.
- Venid a darme un abrazo, anda!

Nos abrazamos los tres y Yeo y yo le dimos un beso en la mejilla a Hui. Él era una persona maravillosa, y realmente le queríamos mucho. Era un chico muy maduro y siempre se preocupaba por los demás.
Cuando se fue de la habitación, Yeo y yo nos besamos.

- Ojalá le vaya bien. A ver si hay nueva pareja en el grupo. - rió Yeo.
- Sarang Haeyo, Yeo One.
- Sarang Haeyo.

Nos abrazamos y volvimos a juntar nuestros labios una vez más.

Lemon Yan-Gu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora