Lemon Yan-Gu

LXVII

* NARRA KINO *

Yeo me había dejado solo frente una situación que no sabía asimilar.
Yuto se acercó nadando. Yo le sonreí, y él me devolvió la sonrisa.

- Como está el agua?
- Está perfecta. No te metes?
- Tengo los pies metidos... Luego nadaré un poco...
- Eso está genial. Me encanta este lugar, es hermoso. Aún acabamos de llegar, no hemos visto nada, y ya estoy enamorado del lugar.
- Yo estoy enamorado de una persona de este lugar...
- Ah si, Kino? Y cuéntame, quien es el afortunado?
- No te lo puedo contar.
- Vengaaa! - pidió con ojos de cachorrito.
- Mmmm... No.

Salió del agua apoyando sus brazos en el bordillo y haciendo fuerza. Se sentó a mi lado. Noté mi cara extremadamente roja. Era una situación muy curiosa.

- Estás mojadito, eh, Yuto...
- Eso va con doble sentido?
- No! Para nada...
- Eres idiota, enano.

Puse pucheros y me sacó la lengua. Después apoyó su mano sobre la mía. No puede evitar sonreir.

- Tu cara está roja. - dijo señalándome.
- Es por tu culpa...
- Que acabas de decir? - dijo con voz pícara.
- Que es tu culpa por preguntarme algunas cosas...
- Estás seguro de que no es por ver esto?

Agarró mi mano y la movió a su antojo, llevándome a tocar sus abdominales.
Me tapé la cara lo más rápido que pude. Estaba avergonzado y encantado.
Se acercó a mi oreja y me susurró:

- No hace falta que disimules más, tu amigo habló por ti...

Agaché la vista y sentí una erección bajo mi bañador. No la había notado antes, quizás por estar demasiado avergonzado y distraído. Esto me avergonzó más, hasta que Yuto se levantó, me agarró en brazos y me llevó hasta unos pequeños vestuarios cercanos a la piscina.

- Que tierno eres Hyung-gu... Puedo besarte?

Estaba nervioso, así que solo pude asentir. Con mucha delicadeza besó mis labios. Sentí la calidez y la ternura de ese primer beso. Mi primer beso. Quizás ya era un poco mayor para no haberlo dado antes... Quizás sí lo había hecho, pero solo aquel lo sentí como un verdadero beso.
Yuto me dejó de pie delante de él. Me abrazó y tocó mi cadera. Deslizó suavemente su mano hacia abajo, bajando un poco mi bañador por un lado. Levantó la mirada buscando mi aprobación, y en cuanto le hice saber que podía continuar, bajó lenta y delicadamente mi bañador, y después el suyo. No voy a dar más detalles de lo que pasó después. Eso se queda en nuestra intimidad; el día que perdimos la virginidad.