XXXIX

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* Narra Yan An*

- Menuda primera impresión le he dado a tu padre... - me dijo riéndose Yeo mientras caminábamos de la mano hacia la habitación de mi madre.
- La verdad es que sí... Pobre, se asustó mucho...
- Lo siento Yan...
- No pasa nada, lo importante es que estés bien.

Continuamos hasta que llegamos a la habitación indicada. Llamé a la puerta y mi padre nos abrió sonriendo, pero sin enseñar los dientes. Mis padres hablaban chino y japonés, se habían conocido allí... Yo mismo nací en Japón, pero al poco de nacer nos mudamos a Shanghái, por eso lo considero mi lugar de nacimiento. Sabían muy poco coreano, por lo que era la oportunidad de Yeo de demostrar sus habilidades.

- ¡Hola hijo! - dijo entusiasmada mi madre al verme, estirando los brazos para que fuese a abrazarla. - Este chico es el famoso Yeo Chang-gu?
- Sí. Ese soy yo. - contestó decidido.
- Te encuentras bien? Mi marido me ha dicho que te has desmayado antes.
- Estoy bien, gracias.

Ella abrió los brazos, y le hice un gesto a Yeo para que se acercase a abrazarla. Mi madre era una mujer muy cariñosa.

- Eres un chico muy guapo, Yeo. Puedo llamarte así?

Me miró durante un segundo, como si no hubiese entendido lo que le habían dicho, después levantó la cabeza y dudoso contestó.

- Muchas gracias. Puede llamarme usted como más le guste. Yeo está bien. - sonrió al finalizar.
- Por favor, no me trates de usted. Somos familia! Tú eres el elegido por mi querido Yan An, así que ahora yo también te quiero. Soy una amiga más, de acuerdo?
- Creo que lo he entendido todo - me dijo él, y posteriormente me lo tradujo. Yo asentí, y se dirigió a mi madre. - Eres muy amable.

Mi padre todavía no había abierto la boca, pero no tardó.

- Espero que trates bien a mi hijo...
- Papá! No seas rudo... Puedes asustarle.
- Solo bromeaba - rió.
- No se preocupe, cuido a su hijo como si fuese hijo mío.
- Eso es cierto. Él siempre me ayuda mucho. Me enseñó coreano, y aprendió chino por mi... Siempre se acuerda de mí, y comparte su comida conmigo. A veces me lee libros y dormimos juntos. Me hace de peluche también.

Yeo se tapó la cara de vergüenza.

- Así se trata a un novio! Que suerte has tenido, hijo... - dijo mi madre desde su camilla.
- Ciertamente parece buen chico.
- Y lo es, es muy buen chico. Pero es tímido.

Creo que él no había entendido la mitad de la conversación, pero entendió perfectamente el contexto, y se sonrojó durante un largo rato.
Les contamos alguna de nuestras anécdotas juntos mientras mi madre no paraba de repetir "no me puedo creer que sea tan bueno".

Lemon Yan-Gu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora