XCI

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*Narra Yan An*

Al fin, de vuelta en casa. Este había sido nuestro viaje más largo, en el que más lugares visitamos y el más apasionante de todos, pero volver a casa era fantástico. Poder relajarnos agusto en nuestra habitación y volver a trabajar. Habíamos comprado recuerdos en todos los países, al final, casi tuvimos que comprar otra maleta para meterlo todo...

Yeo y yo nos acostamos en su cama después de mucho tiempo. Estiró sus brazos, bostezó, y puso su brazo sobre mí. Giró levemente su cuerpo, cerró los ojos, y, como si tuviese superpoderes, se durmió. Admiré la calma con la que descansaba. Miré su dulce rostro pálido, y besé levemente su frente. Me giré hacia él, y me dormí a su lado. Nos despertamos al día siguiente, pero a las 5 de la tarde. Los chicos no nos habían molestado, sabían que llegábamos cansados de tanto viaje y que entrar en nuestra habitación era peligro de encontrarnos haciendo cositas que a ninguno les parecería agradable. Aceptaban nuestra relación, de hecho estaban muy a favor de ella, shippeandonos en secreto desde antes de ser pareja, pero, aún así, no se sentían cómodos con la idea de que hiciéramos ese tipo de cosas. Siempre que salía el tema decían lo inocente que yo era y que eran incapaces de imaginarme teniendo relaciones sexuales con nadie.
Aquello me indignaba un poco, aunque lo ignoraba bastante. De hecho yo sabía que mi sexo contentaba a Yeo, ¿Que más quería?.

Cuando nos levantamos encontramos a los chicos sentados en el salón, viendo una película. Dijeron que querían hablar con nosotros, y, tras comer algo, volvimos.

- Y bien chicos, que nos queréis? - Preguntó Yeo.
- Queremos que tengáis un bebé. - Contestó decidido E'Dawn.

Nos miramos. Ambos sabíamos que queríamos un bebé, pero... Como podíamos hacerlo?

- Nosotros ayudaremos a criarlo! - dijo Kino surgiendo de entre las piernas de Wooseok. 
- De hecho, deberíais tener gemelos... - añadió Shinwon.
- Yo creo que con 1 estaría bien, para empezar... - contestó mi pareja.

Se veían felices con la idea de que tuviéramos nuestro propio hijo. Al fin y al cabo, sería el bebé de todos. Así que estaba decidido... Bebé, a por ti vamos!

Lemon Yan-Gu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora