LXXXI

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*Narra Yan An*

Mi corazón palpitaba más fuerte a medida que el desconocido se acercaba. Me daba vergüenza la situación. Me preparaba para lo peor, incluso cerré los ojos cuando llegó a un punto cercano; para mí suerte, pasó de largo.
Chang-gu se reía a carcajadas.

- Por que te ríes?
- Estabas asustado de verdad, notaba tu corazón a toda velocidad sobre mi espalda. - me contestó burlón.
- Hyung... Estaba asustado, por qué eres malo?
- Yo no soy malo Yan Annie... - de alguna extraña manera se giró, me vió a los ojos y me besó.

Un beso apasionado, lento pero rudo. Nunca otros labios habían besado los míos, pero estaba seguro de que ningunos lo harían tan bien como los de mi esposo.

- Nos metemos en el agua? - me preguntó pasándome la mano por el pelo.
- Está bien - tomé su mano y la llevé a acariciar mi rostro.
- Que piel más suave tienes...

Me sonrojé un poco. Después me levanté y di la mano a Yeo. Entramos de una vez al agua. Una vez dentro, besé su mano.

- Está muy buena, no crees?
- Sí, está perfecta, pero siempre podemos calentarla un poco más... - saltó sobre mi, sin yo esperármelo, por lo que me caí.

Sentía su cuerpo sobre el mío, ambos debajo del agua, y su mano dentro de mi bañador. Cuando su mano tocó mi miembro, quise gemir, pero bajo el agua no podía, o me ahogaría. Me puse, como pude, de pie de nuevo y retiré con cuidado la mano de Yeo. Después bajé su bañador y le acerqué a mi.
Nuestros cuerpos pegados, frente a frente, sonriendo y excitados.
Le quité la prenda por completo, y bajé el mío. Levanté a Yeo por las piernas, cada una en cada uno de mis brazos, y lo mantuve a la altura de mi cadera. Le movía con cuidado al principio, y luego con más fuerza. Sus gemidos de escuchaban por toda la desierta playa; fascinante el provocárselos y fascinante tenerlos solo para mí.

Lemon Yan-Gu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora