XXXVIII

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* Narra Yan An*

Llegamos al hospital. Yeo me dio la mano porque tenía miedo a perderse. Era un hospital muy grande. Al llegar a una de las alas del hospital, donde había quedado con mi padre, le vi sentado en un banco. Tenía la cabeza agachada, y se miraba las manos mientras jugaba con ellas. Cuando levantó la cabeza y nos vió, sonrió y se puso en pie. Yo aceleré el paso hasta que casi suelto sin querer la mano de mi pareja. Él me la apretó, y me tiró del brazo. Giré la cabeza en su dirección y observé su rostro serio. Incliné un poco mi cabeza y mi cara cambió.

- Por favor Yan, camina más despacio. Mis piernas no son tan largas como las tuyas. - dicho esto me sonrió y se sus ojos se pusieron en blanco.

Casi no puede evitar que cayera al suelo. Se desmayó sin más, delante de mí, como unos meses atrás. Mi padre corrió hacia nosotros y llamó a un médico mientras yo seguía en shock. Por qué le pasaba esto? No tardó ni un minuto en llegar un médico corriendo que le socorrió. Nos dió indicaciones de lo que debíamos hacer y en poco tiempo volvió a abrir los ojos.

- Que ha pasado? - me preguntó en coreano.
- Te has desmayado... - le contesté en el mismo idioma.

El médico le ayudó a incorporarse y después me hizo acompañarlo a una sala. Él no hablaba casi coreano y quizás Yeo no fuese capaz de comunicarle todo lo que quisiera decir. Le pedí a mi padre que volviera con mi madre, y más tarde iríamos juntos.

- Le pasa con frecuencia? - me preguntó el médico.
- Creo que la última vez fue hace casi un año.
- Ha comido algo?
- Yeo, has comido algo? - le pregunté cambiando la lengua.
- Nada desde ayer... - me contestó con la cabeza baja.

Le transmití la información al médico y me dijo que no debería haber eso. Luego me apartó un poco y me dijo que debería controlarle un poco, que no debería permitir que no comiese.
Después de esto, nos dijo que fuésemos a la cafetería del hospital, y que comiera y bebiera algo.
Una vez allí le compré comida y algo de beber. Mientras él comía le observaba preocupado.

- Yeo, por qué no comes?
- No tengo mucho apetito...
- Pero debes comer hyung. Te noto muy delgado y no me gusta que te pasasen estas cosas...
- Lo siento pequeño. - dijo sonriéndome y acariciando mi cara.

Apreté su mano contra mi rostro y me froté en ella. Luego se la besé.

- Quiero que estés bien, hyung.
- Lo estoy, Yan Annie.

Lemon Yan-Gu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora