Lemon Yan-Gu

XXX

*Narra Yan An*

Yeo y yo estábamos en nuestra habitación. Él estaba leyendo un libro y yo abrazándole. Yo siempre decía que su cama era más cómoda que la mía, por eso solíamos estar allí tirados, aunque solo lo decía por que su cama olía mucho a él. Era un olor muy agradable. Me tranquilizaba mucho, por eso tampoco tardaba en dormirme cuándo me tumbaba allí.
Ese día estaba dormitando, cuándo me fijé en el libro.

- Yeo.
- Dime.
- Que significa esa palabra?
- Que palabra dices?
- Ésta. - le señalé una palabra, la cuál no recuerdo, y él me explicó su significado.
- Es curioso, ya llevas bastante tiempo viviendo aquí, y todavía no conoces muchas palabras...
- No seas malo hyung, conozco muchas palabras...
- Recuerdas cuando me lastimé y no sabías como decirle eso a Shin Won, y le dijiste que estaba muerto?
- Eso fue hace mucho...
- El pobre se llevó un susto...
- Yo también me asusté.

Yeo me besó, y luego pasó su mano por mi cara.

- Como puedes ser tan guapo, Yan An?
- Todos sabemos que el guapo en esta relación eres tú...

Yeo me miró a los ojos y se puso serio.

- Eres hermoso Yan An. Soy tan feliz de tenerte. Espero que esto sea para toda la vida.
- Siempre estaré a tu lado, hyung, pase lo que pase.

Me tomó la mano y volvió a besarme. Cuando me di cuenta, estaba encima de mi, quitándose la ropa. Hacía frío, pero aquella situación me hacía entrar en calor.

- Está cerrada la puerta? - pregunté. - Sería incómodo si alguien entrase mientras estamos haciéndolo...

Yeo se levantó y fue a cerrar la puerta con llave. Se giró hacia mí y sonrió.

- Te apetece ser hoy mi pasivo?- me dijo.

La verdad es que nunca habíamos invertido los puestos, y tenía ganas de probar. Asentí tímido, y acabé de desnudarme. Yeo también lo hizo, y pronto estábamos los dos, frente a frente.

- Estás seguro de que quieres probar? Quizás te duela un poco...
- Sí, Yeo, sí quiero.

Me volvió a tomar las manos y me besó. Me mandó ponerme apoyado en mis manos y rodillas, y me dijo que estuviera tranquilo. Me acariciaba la espalda con cariño. Recuerdo cada detalle de aquel momento. Quizás un poco explícito para contarlo todo. Empezó a introducir su pene y sentía dolor, mucho, pero a la vez era placentero. Lo hizo despacio, sin dejar de acariciarme la cadera. Una vez que la metió toda, empezó a moverse mucho. Seguía sintiendo dolor, nada comparado con el dolor del principio, pero dolía un poco. Sin embargo era cien veces más placentero.
Mientras seguía dándome, empezó a tocar mi miembro. Ambos estábamos excitados, y, después de un rato, Yeo se corrió dentro de mi. Lo sentí caliente.
Se le veía cansado, pero aún así me tiró en la cama, me besó, y me acompañó a su mano en mi miembro con la boca. Lo hacía tan bien... Acabé viniéndome en su cara.
Después de todo eso, se acostó a mi lado, todavía con la boca manchada y cerró los ojos. Le abracé y cerré también los míos.