Lemon Yan-Gu

LXXXIX

*Narra Yeo One*

Estabamos en la habitación de nuestro hotel en Madagascar, descansando después de hacer turismo todo el día, cuando Yan An empezó a jugar pellizcándome la pierna. 

- Que haces, Yan An? - Pregunté quejándome.
- Te pellizco. - Me contestó concentrado en su juego.
- Y por qué me pellizcas?
- Porque me gusta.

Me miró a los ojos y sacó la lengua. Luego sonrió, y abriendo su mano apretó una mayor cantidad de pierna.

- Yan An... - dije casi gimiendo - Estás muy cerca...

Acarició mi pierna hasta llegar a mi ingle. Se paseó con los dedos por aquella zona, haciendo como si fuesen unas piernitas que caminaban por mi cuerpo. Me quitó de un tirón los pantalones y se acercó a mi boca para besarla. Acarició un poco mi pecho, al descubierto después de que desabrochase completamente mi camisa, y llenó mi busto de besos. Ya lo he dicho, Yan An y sus lluvias de besos...
Hizo un caminito, y bajó lentamente por él. Al pasar mi ombligo, y yo ya mordiéndome el labio, se desvió nuevamente hacia mi ingle. La lamió, y poco a poco, mientras me bajaba el calzoncillo, se acercó a mí miembro. Después de levantar la vista y mandarme una mirada cómplice, lo tomó con su mano y lo lamió.
Era una sensación increíble, nunca me lo había hecho de esa manera. Había algo especial esta vez, utilizaba su lengua de una manera mágica. Empecé a gemir muy rápido, nada más metérsela en la boca.
Sentía un placer inexplicable, me agarré desesperadamente a las sábanas de la cama y las apreté en mis  manos mientras intentaba no retorcerme. Cualquiera diría que estaba sufriendo, y nada más lejos de la realidad.
En menos de 10 minutos me corrí en su boca, y sin el menor gesto de desagrado, se lo tragó.
Acariciando mi cuerpo se acercó de nuevo a mi boca, sacó la lengua y me besó.

- Increíble, Yan An... - dije aún con la respiración agitada.
- Quieres intentarlo tú? - Me preguntó sonriente.

E hice lo mismo que él. Y lo disfruté. Y lo disfrutó. Aún así, estoy seguro de que no le había igualado...