LIV

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* Narra Yeo One *

Al día siguiente de hablar con Yan llamé a mi familia. Dos días después estábamos allí.
Les avisé de que iría con una persona muy especial y que teníamos que darles una noticia importante.
Mis padres no eran de sorpresas y probablemente estarían un poco enfadados por colgar cuando me preguntaron de que se trataba.
Cogimos el tren a las 8:13 de la mañana y llegamos a nuestro destino a las 9:15 exactamente.
En la estación nos esperaba mi hermano. Era un poco más alto que yo, algo más fuerte y llevaba el pelo rapado. No le favorecía en absoluto aquel corte. Él era un hombre muy guapo, bastante parecido a mí, pero sus dientes eran más pequeños y su nariz más grande. Se notaba que éramos hermanos, incluso de pequeños nos confundían a menudo, a pesar de que él siempre había sido más alto.
Al bajar del tren nos abrazamos como niños pequeños que no se veían desde hacía meses. Yan An observaba la escena desde una pequeña distancia con nuestros equipajes. Pasaríamos allí dos días y volveríamos en el primer tren del tercero.

- Que tal estás pequeño? - preguntaba alegre mi hermano.
- Muy bien hyung, quiero presentarte a Yan An.

Se asomó tímido y sonrió nervioso. Mi hermano le tendió la mano y sonrió también.

- Encantado de conocerte al fin, Yan An. Mi hermano siempre habla de ti cuando le preguntamos sobre el grupo... Y para que mentir, cuando no también. - rió burlón.
- Encantado. - contestó con la voz entrecortada. Le dió la mano e inclinó ligeramente su cuerpo en señal de respeto.
- Nos llevas a casa, hermano?

Fuimos primero a su casa, habíamos decidido que comeríamos allí, y después iríamos casa de mis padres. Antes de comer, salimos a dar un paseo por la cuidad y fuimos a tomar algo. Mi hermano, como siempre, pidió un refresco, Yan un Té y yo otro.

- Y cuéntame enano, cual es esa noticia tan importante?
- Bueno, esto... - Mis manos empezaron a sudar y temblar sin control. - tengo que ir al lavabo, perdón.

Me levanté corriendo y me encerré en el baño. Me senté en el suelo mirando nervioso mis manos temblorosas. Perdí la noción del tiempo, debí estar cinco minutos allí dentro, cuando escuché unos golpes en la puerta.

- Hyung, estás bien? - la hermosa voz de Yan An me llamaba.
- No lo sé.
- Puedes abrirme, por favor?

Tardé en reaccionar.

- Estoy esperando a que me abras, Yeo...

Me levanté con cuidado y abrí la puerta.
Yan se abalanzó contra mí y me abrazó. Luego bajó la vista y se quedó viendo a mis ojos. Besó con delicadeza mis labios y separó mi cuerpo del suyo sujetándome todavía por los hombros.

- Se lo he dicho. Lo siento.

Mis ojos se abrieron de par en par, al igual que mi boca. Mi expresión de sorpresa era, seguramente, chistosa, ya que mi novio no pudo contener la risa.

- Siento haberlo hecho sin ti, es tu familia y deberías ser tú quien se lo cuente, pero sinceramente... Te vi demasiado nervioso para lograrlo.
- Y como reaccionó?
- Le salió el refresco por la nariz y luego se quedó en silencio dos minutos. Después me dijo que por lo menos te habías echado un novio guapo.
- Ahora siento más habérmelo perdido... Me hubiese gustado ver cómo escupía por la nariz. - rió muy fuerte y abrazó mi abdomen.  - Gracias Yan Annie. Te quiero.
- Y yo hyung. A tus padres se lo dices tú, de acuerdo?
- Eso quiero...

Lemon Yan-Gu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora