LXXXIII

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* Narra Yan An *

Nuestro primer día en Estados Unidos no hicimos mucho. Tan solo nos relajamos en el hotel hasta que decidimos ir a cenar a un restaurante del que nos habían hablado. Realmente entendimos por que hablaban tan bien de aquel lugar. Era hermoso y toda la comida deliciosa. Pero más rico estaba mi postre, aunque tenía que esperar hasta llegar al hotel para comérmelo.

- Gu...
- Dime Annie.
- No tienes ganas de postre?
- Tengo ganas de ti si es a eso a lo que te refieres. - Chang-gu pillaba más rápido que yo las indirectas - Vamos a casa?

Asentí y llamamos al camarero para pagar. Después de eso nos fuimos de la mano. Y así recorrimos la cuidad hasta llegar al hotel. En taxi quizás era poco tiempo, pero a pie se tardaba alrededor de media hora, o incluso más. Media fantástica hora que paseamos de la mano. Sí, estábamos casados y aquel acto podía ser una tontería para muchos, pero para mí, cada pequeño detalle es hermoso. Cada segundo al lado de mi hyung era simplemente increíble. A cada segundo mis ganas de besarle aumentaban, hasta el punto en el que le paraba y acababa besándole. Sí, sin más, sin motivo aparente.
Cada beso suponía una especie de promesa. Cada uno de sus besos era solo para mi. No puedo hacerme la idea de un mundo sin sus besos.  Ya no podía ni quería.

Cómo no amar a mi pequeño gran Yeo Chang-gu.?
Él era simplemente la persona perfecta para mí.

Lemon Yan-Gu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora