Estamento

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Hola hola, he vuelto al juego así que por aquí andaré entre las sombras nuevamente. Feliz año nuevo, espero que tengan éxito en todo y recuerden que solo ustedes pueden cambiar el curso de su propia historia.

Este capítulo fue largo, hubo sangre sudor y lágrimas, así que voten y comenten.

Bye Bye

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Estamento

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En la era de la historia humana, aún se recuerda una época previa a la revolución que marcó la mirada del mundo entero.

Hace algunos años, y en un lugar alejado de nuestra era, se vivió la injusticia de un reino dividido entre tres mundos, llamados de otro modo, tres estados o estamentos.

El primer estado estaba integrado por la religión, por aquellos hombres que dedicaban su vida a la cristiandad; el segundo estado, estaba compuesto por las casas nobles del reinado, el patrimonio biológico, cultural y político de la sangre real que corría por las venas de los que vivían bien; el tercer y último estado, era el más diverso de los tres, aquí podías encontrar desde un rico banquero, hasta un pobre campesino.

El poder absoluto de los reyes provenía del segundo estado, líder de las decisiones que tocaban al pueblo, mientras que, por otro lado, el tercer estado sucumbía ante el poder incondicional de los lineamientos superiores.

El estamento más grande, en referente a la población, era el tercer estado, este sostenía el reino en materia económica, brindándoles ganancias y protección a la minoría de la población que componían los dos primeros estados, quienes derrochaban todo el dinero para costear sus privilegios.

En otras palabras, un reino compuesto por el clero y la nobleza, que violaban, asesinaban y se aprovechaban de aquellos que no tenían voz ni voto... una sociedad que murió con la llegada de la revolución francesa.

Algo muy parecido era lo que se vivía en el Reino de Jade...

-¿Le explicaste? –habló, Ezarel, mientras miraba al vampiro. Todo esto, antes de que el grupo de viajeros se separaran de caminos.

-Claro que sí, para eso la llevé al bosque. –respondió.

-¿Le explicaste todo? –insistió, el elfo.

-No todo... no soy un noble ladrón como tú, solo soy un campesino que cayó de suerte en una sociedad como Eel. –murmuró. –En otras palabras, no sé cómo explicarle lo que tú muy bien sabes. –lo escrutó detenidamente.

El alquimista suspiró profundamente. Se levantó del suelo y se acercó lentamente a la mujer que le estaba dando de comer a los Shau'kobow. Volvió a suspirar hasta tomar aire y soltarlo mientras decía un nombre...

-Erika, –ella se volvió hacia él. –necesito hablar contigo.

-¿Qué ocurre? –respondió ella.

-Me preguntaba si con lo curiosa que eres, ya habías investigado algo del Reino de Jade.

-No... al contrario. Esperaba que en la reunión me contaran algo acerca del reino, sin embargo... no... no me citaron a la reunión. –sacudió la cabeza.

-Pues... entonces, hay algo que debo explicarte. –volvió a suspirar. –Ven y siéntate conmigo. –le hizo señas.

-Ok, te escucho.

Te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora