Te recuerdo

Juramento

Moyra era una de las seguidoras del gran líder de la guardia Sombra. Desde que ambos se vieron, congeniaron de manera inmediata, pues él necesitaba seguidoras que alimentaban su egocentrismo y ella, gracias a la atracción que sentía por él, se ofrecía de manera voluntaria para "atenderlo" cada vez que él lo requiriera, todo a cambio de algunos cumplidos, de algunos toqueteos y de algunos besos. No había mucho pudor entre ellos dos, debido a eso, ambos generaron una gran confianza entre sí, tanta confianza como para que él se sacara el parche que cubría su ojo ante ella.

Su confianza radicaba más que todo en hacer misiones juntos, pues ella era la guardiana más destacada dentro de la guardia sombra, por lo que poco a pomo ella se fue ganando el título de mano derecha de Nevra.

La chica de orejas gatunas, trataba de llevar siempre su pelo recogido para que así el pelinegro tuviera buena vista sobre su cuello. En cada misión con él trataba de usar tonos melosos, de llevar faldas cortas, tratando de seducirlo, sin embargo, aunque todo esto pasara, el vampiro seguía reticente para con ella, dándole a entender que ella no era más que un juego.

La relación de ambos fue decayendo cada vez más, sobre todo después de la llegada de la humana a la guardia. Su jefe se la pasaba tras la castaña, siguiéndola en todo momento, incansable, no se rendía, incluso, más de una vez vio al crepuscular molesto debido a los celos que sentía cuando otros se acercaran al "primor". Cuando la pelirroja se atrevió a preguntarle a Nevra quien era el "primor", él la miró con una sonrisa, de esas que a ella la derretían en el acto.

-Es una ratoncita hiperquinética que recorre de aquí para allá- se fue riendo despreocupadamente con la mano en el cinturón.

Tiempo más tarde la joven vio como dicha "ratoncita" se tiraba encima de los brazos de Nevra cuando este venía llegando de una misión. Desde ese momento prometió odiarla, prometió hacer relucir lo peor de la chica ante Nevra, para que así este se diera cuenta de que Erika no era alguien de fiar.

A pesar de que corría el rumor por el C.G, de que Nevra se la pasaba metido en la habitación de la humana, ella no se rendía, tratando de explotar lo peor de la faelienne para exponerlo ante su jefe. Deseaba que la oji violeta supiera que ella y el líder de la guardia Sombra iban juntos a las misiones, anhelaba que la humana supiera que ella dormía dentro de una carpa con el crepuscular, y por sobre todo soñaba con la idea de que la castaña supiera que Nevra se apegaba por las noches a su cuello mientras estaban en misiones, que supiera que él, quizás como acto reflejo propio de su especie, tendía a acariciarle el cuello antes de mordisquearlo, lamentablemente la misión era de tan alto rango que nadie podía saber eso. Ni siquiera se podía dar el gusto de que al menos la faelienne se diera cuenta de que era ella quien acompañaba al vampiro a las misiones.

Moyra iba a su lado en total silencio. El calor abrasador del sol hacía mella en los dos, tanto así que sus pieles comenzaban a ponerse rojas y sudorosas. Jefe y subordinada volvían al C.G en una misión realizada hacia el sur, se habían ido desde hace una semana y media, por lo que ambos querían llegar pronto a la ciudad, sin embargo...

-Nevi- habló de pronto. -deberíamos descansar, aún nos quedan algunas horas para llegar.

Él la miró para luego dirigir su mirada hacia el cielo, justo en la posición del sol.

-Bien -apostilló cansino –pero descansemos cerca de un estanque para que podamos abastecernos.

Ambos caminaron hasta llegar a un pequeño riachuelo, se sentaron al borde de este para descansar de aquella travesía que habían recorrido.

-Hace calor- se quejó la pelirroja. -me daría un baño aquí mismo -le sonrió.

-...

-Podríamos darnos un baño -sugirió la chica con una sonrisa mordaz.