Cómplices

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Hola querid@s lector@s, aquí les dejo el primer capítulo de la segunda temporada ¡¡porfinnn!! Lo escribí con mucho cariño así que espero que me dejen muchos comentarios. Gracias también a aquellas personas que votan por el cap anterior y sobre todo a las que se dan un tiempo para comentar.

Aclaración: Creo que no lo dije antes, el capítulo del prólogo, es la parte de un capitulo x que saldrá más adelante, por lo que no esperen a que Nevra y Erika sean pareja porque aún no lo serán... lo sé, soy mala. Me despido, hasta pronto <3

Chicle en mi país es la goma de mascar.

Nevra esta temporada estará más picaroncillo (pervertido) ...no digan que no se los advertí.



Cómplices

No era típico en ella dirigirse hasta la pieza de él, sin embargo, esta vez todo era diferente. Caminó con la frente en alto, totalmente lista para lo que se iba a enfrentar. ¿Que si le daba vergüenza él?... si, totalmente. Sentía vergüenza ajena el comportamiento que tuvo el vampiro, le daba vergüenza ajena la estupidez que hizo. Mientras caminaba pensaba en él, le dolía saber que aun estando toda una vida juntos no lo podía reconocer, por ese mismo motivo necesitaba respuestas y sabía exactamente dónde debía llegar para encontrarlas.

Se paró frente a la puerta con alas, la cual le indicaba que había llegado al lugar correcto. Detenida frente a la entrada de la habitación sintió que su cuerpo flaqueaba. Comenzó a pensar en todo lo que había escuchado, en todo lo que había visto y en todo lo que recordaba, todo eso, hasta que su coraje volvió. Sin más pensamientos en su cabeza tocó la puerta una vez, dos veces, tres veces, expectante a la respuesta que habría al otro lado, sin embargo, los minutos pasaron y detrás de aquella puerta de madera no hubo nada para ella, tan solo suspiros cansados provenientes del aquel cuarto casi olvidado.

Sabía que él nunca dejaba su puerta con llave, por lo que sin más preámbulo abrió de golpe la entrada hasta que lo vio, sentado con las manos en la cabeza. Ante la llegada de la chica, el vampiro ni siquiera se limitó a mirarla.

Antes de comenzar con el sermón que había preparado exclusivamente para él, observó cuidadosamente la estancia. La cama estaba sin hacer, las cálidas sabanas de seda que a él tanto le gustaban por la suavidad que estas dejaban en su piel, en ese momento estaban desparramadas por el piso, que, por cierto, estaba sucio. El bello velador que se situaba a un lado de la cama de este, estaba volcado en el suelo junto con la vela que una vez aquel mueble llevó encima, mientras que el gran armario, donde el crepuscular guardaba la mayor parte de su ropa, estaba abierto de par en par dejando a la vista una gran cantidad de prendas desordenadas, las puertas de dicho mueble estaban quebradas por lo que no lograban detener el gran cúmulo de ropa que se desbordaba hasta el suelo. Uno de los sillones que él tanto amaba estaba todo rasgado, como si él, en un momento de furia, hubiera apuñalado mil y una veces aquella colcha que recubría la cómoda silla.

El olor a humedad, la oscuridad y la frialdad reinaban en el recinto, tanto así que, de una extraña manera, la joven, quien recién se había sumergido en el aposento, podía sentir una corriente de tristeza profunda recorrer sus entrañas.

-¿Ese es el armario que hizo Valkyon?, ¿Esa vela es la que te dio Ezarel?... Se nota que no sabes cuidar nada. –lo último lo dijo como un código, una premisa que ambos entendían de manera dolorosa. Al escuchar esto, el crepuscular no hizo más que subir una pierna a la repisa donde estaba sentado para así encogerse y apoyar su frente en la rodilla. –Vi cuando te hiciste amigo de Valkyon y este para tu cumpleaños te hizo aquel armario. Vi cuando te hiciste amigo de Ezarel a pesar de que este se enojaba contigo por ligar con las chicas de su guardia, a pesar de eso...él te regaló esa vela encantada para que nunca se acabara y nunca se apagara por si sola –lo miró con rabia- recuerdo cuando te dijo que nunca dejaría de iluminar tu camino, lamentablemente él no sabía que tu camino se apagaría, que la vela te abandonaría, así como lo hizo Erika y así como lo hizo tu propio familiar.

Te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora