El líder de la guardia Sombra era el típico hombre apuesto que utilizaba sus virtudes para hacer caer a las jovencitas que lo perseguían día y noche... al menos era eso lo que él quería aparentar. El C.G se impregnaba de nuevas reclutas, entre ellas...
El calor de ese día recorría todo el C.G tanto así que muchas de las personas que vivían en el refugio habían decidido utilizar ropas más ligeras, en este sentido los miembros de la guardia de Eel habían resuelto también hacer lo mismo, si hasta incluso Valkyon había optado por aligerar un poco su carga de ropa.
Eran alrededor de las 3 de la tarde y Leiftan dispuso a tomarse un momento libre para consentir a Amaya. La cargó hasta el jardín de la música y comenzó a acicalarla. Poco a poco y con mucho cuidado mojaba al animalito quien no se resistía ante las caricias del rubio. Casi al término del baño, el chico de la guardia sacó de la cartera de su pantalón una pequeña poción, la abrió y la vertió sobre su pequeño familiar, al hacerlo, el efecto de dicho menjunje fue inmediato dándole un exquisito aroma afrutado al animal.
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Al retirarse del jardín se topó con Nevra quien se notaba a kilómetros lo muy enojado que se encontraba. Aun así, como siempre el lorialet mantuvo la compostura saludando afectuosamente al azabache.
-Hola Nevra ¿también vienes a bañar a tu familiar? –sonrió.
-No -contestó molesto- ese traidor no se merece ni que lo miren.
-Aaah entiendo -decidió cambiar el tema- no te entretengas mucho, recuerda que tenemos una reunión en la tarde –habló.
-¡Aquí el único que se entretiene eres tú! -exclamó el vampiro para luego caminar en sentido contrario que Leiftan.
Al escuchar dicha respuesta el rubio se sorprendió de sobre manera, sin embargo decidió pasar por alto la conversación puesto que el lorialet entendía perfectamente el peso que tenía el azabache como líder de guardia, aunado a esto, más estresado se sentiría con la misión que sería encargada al vampiro en la reunión de la tarde. Sin más cavilaciones comenzó a caminar en dirección al C.G acompañado de una suavecita, limpia y olorosa Panalulú.
-No te entretengas mucho recuerda que tenemos una reunión en la tarde -remedaba el vampiro quien iba llegando al jardín. -Así que aquí estás traidor.- habló el vampiro a su familiar.
Shaitán sin ningún ánimo levantó la cabeza en señal de saludo y se volvió a echar.
-Soy Shaitán y me gusta andar a la siga de Erika -trató de imitar al familiar, como si este hablara. -Traicioné al estúpido de Nevra para estar con la humana -siguió.
El gran animal bostezó y cerró los ojos.
-Ahora me ignoras. Cuando antes me amabas... ingrato –comentó indiferente.
-Grrr.
-Tu empezaste... te perdoné lo del ojo -comenzó a enumerar con los dedos -te he perdonado las veces que te comes mi comida, te he perdonado hasta incluso cuando ahuyentas a las chicas de la absenta que me quiero ligar... pero... no te perdono que trates de quitarme a mi mujer -terminó seriamente.
