Y así lo vivió él

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Han pasado seis meses desde todo aquello.
Cómo cambian las cosas en menos de un año…
¿Os acordáis de que… un momento… si no me conocéis ni me he presentado, ¡qué cabeza la mía!
Me llamo… dejémoslo en Axel, pseudónimo que a mí particularmente me gusta mucho. Tengo 23 años y soy de Alcalá de Henares. Antes de continuar con mi historia en un tiempo paralelo al de la srtaalborán haré una breve introducción sobre mí antes de conocernos.
Yo había roto recientemente con una chica y me prometí que me tomaría un tiempo para mí, para reconstruirme y no pensar en nada con nadie… qué dulce mentira.
Recuerdo el día exacto en que todo cambió, el 21 de mayo de 2018, aquel día me surgió la curiosidad por la página de un libro y sí, sonará a una gran excusa para iniciar una conversación, pero no me temblará la voz al admitir que una curiosidad más allá que la del título de aquel libro era conocer a esa chica. No buscaba nada, sólo alguien con quien mantener una conversación seguida, conocernos y aportarnos cosas.
Empezamos a hablar… mucho, pero mucho, mucho, tanto que a veces teníamos abiertas 3 conversaciones a la vez por instagram, twitter y whatsapp con 3 temas distintos. Hacía mucho que no me surgía la curiosidad con tantas ganas por alguien. A su vez tenía miedo, miedo a precipitarme, por eso me dije que no tendría prisa en conocerla, que no presionaría nada. Y así fue, nos dedicamos a estudiar y preparar nuestros exámenes esperando el día en que nos pudiésemos ver, en un principio iba a ser el 30 de junio.
El 8 de junio, de forma improvisada y valorando que no afectaría a nuestros exámenes decidimos quedar, aunque solo fuese por un par de horas. Yo estaba nervioso porque, al igual que ella, a pesar de haber hablado por skype, tenía miedo a no ser lo que ella esperaba, sobretodo físicamente. Me arreglé, me puse mi cazadora de poli piel, cogí el coche y fui a su casa siguiendo las indicaciones del GPS, era la primera vez que visitaba Sanse.
Como llegué un pelín antes de la hora fijada -no quería llegar tarde en nuestra primera cita- me puse a dar vueltas por su calle, en lo que ella se dio cuenta y me grabó -qué graciosa, ejem, ejem. Yo estaba muy nervioso pero a la vez muy tranquilo porque por fin iba a conocerla en persona. Ella me dijo que ya estaba bajando y en mi mente tenía pensado que, en cuanto la viese, le mandaría un audio diciendo lo preciosa que estaba -ella dice que es un orquito pero yo digo que es una chica jodidamente preciosa y a día de hoy sigo esforzándome por hacer que se lo crea.
Y, lectores y lectoras, éste fue el inicio de una bonita historia…

Un día de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora