10

1.1K 122 38
                                    

Natasha retrocedió hasta sentir el borde del sofá chocar contra sus piernas, se dejó caer bruscamente y dejó que el silencio invadiera la habitación.

El omega junto fuerza para ponerse de pie, tambaleando un poco camino hasta quedar frente a ella.

—Bruce. Cerro los ojos intentando buscar las palabras correctas. Mañana no recordarás nada de esto.

El omega alzó una mano haciéndola callar al mismo tiempo que cubría su boca con la otra.

Natasha abrió la boca dispuesta a seguir cuando vio la palidez en la cara de Bruce, las mejillas del doctor se inflaron y las arcadas comenzaron a adueñarse de su cuerpo.

El pequeño ebrio ya no pudo soportar más y dejó que todo fluyera, un chorro de vómito salió disparado de su boca manchando por completo el regazo de Natasha y de paso la alfombra.

—Yo... El pelinegro intento hablar cuando una fuerte arcada lo obligó a terminar de vaciar su estómago, se enderezó lentamente limpiando su boca con la manga de su camisa.

Si Tony estuviera ahí ya se habría desmayado al ver el uso que el pelinegro le da a la camisa.

—¿Esta es la forma en la que corres a tus invitados? Sacudió ambas manos intentando limpiarse un poco.

Comenzó a reírse al ver el rostro pálido del pelinegro.

—Si quieres matarme puedes hacerlo, prometo no gritar. Por extraño que sea, Natasha sintió algo de ternura al verlo así, tan vulnerable y vomitado.

—Por ahora prefiero limpiar tu cena de mi ropa. Hablo tranquila.

Comenzaron a limpiar el pequeño gran desastre, Bruce estuvo sonrojado todo el tiempo, tratando de evitar la mirada de Natasha.

—Esta listo el baño. La pelirroja se sentó junto a él con una toalla en el cuello. Yo te dejaré descansar y bueno, tengo que irme a cambiar.

—Quiero que sepas que estoy muy avergonzado. Agachó la cabeza y exhaló.

—Avergonzado deberías sentirte por andar ilusionado gente. Dijo sarcástica.

—¡Hey, yo no he ilusionado a nadie! Una sonrisa se formó en su cara.

—A mi sí. Busco su mirada y lo consiguió, la sonrisa de Bruce se volvió tímida.

—No te vayas. Soltó bajo. Por favor.

—¿Por qué?

—Me gusta estar contigo. Se sonrojo pero no rompió el contacto visual.

—Ire por algo de ropa y regreso. Se puso de pie.

—¿Prometes regresar?

—Para cuando salgas de bañarte ya estaré aquí. Le dio una última sonrisa y salió de la habitación.

Camino hasta su habitación con una sonrisa en el rostro.

Saco lo primero que vio de su clóset y se dio una de las duchas más rápidas de su vida, seco un poco su cabello y roció un poco de loción en sus muñecas.

Salió del baño y freno en seco al ver a Clint sentado en su cama.

—¿Qué haces aquí? Preguntó algo extrañada.

—¿Qué haces tú aquí? Regreso la pregunta. Te he buscado por todo el lugar.

—Tuve un problema. Hablo como si temiera de Clint.

Aroma. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora