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—No mientas. Dijo sin quitar su mano. Prométeme que comerás bien. Bruce rodó los ojos.

—Lo hago, pero todo termina en el inodoro. Se encogió de hombros.

—Hey, no hagas batallar a mi omega o cuando llegues al mundo te las veras conmigo. Dijo acercándose al vientre del pelinegro, él rió un poco al escuchar su tono infantil. Bruce. Lo miró seria y retiro su mano para acariciar la mejilla del omega. Necesito que rompas... Él la interrumpió.

—No voy a romper el lazo, si quieres que eso pase entonces rompelo tú. Dijo molesto y ella sonrió.

—Claro, lo romperé con algún alfa de aquí. Contestó burlona y él la miró mal. No sé si saldré de aquí.

—Puedo venir de visita.

—Bruce, no sé si me darán ese tipo de derechos, ni siquiera sabemos si cumpliré mi condena aquí. El pelinegro negó triste.

—Siento que solo buscas excusas para no verme más. Suspiro y se sentó en la dura cama.

—No quiero que esperes algo que no va a llegar. Dijo mientras se recargaba sobre el lavabo.

—Te esperare toda la vida si es necesario. Natasha negó y se acercó a él.

—Eso es mucho tiempo. Sonrió y se sentó a su lado.

—Prometí estar contigo en las buenas y en las malas. Se encogió de hombros. Y lo voy a cumplir.

—¿Te gusta Tailandia? Pregunto cambiando de tema. Algún día me gustaría vivir ahí. Soltó intentando olvidar lo antes dicho.

—Estuve ahí un tiempo. En Bangkok. Natasha lo miro sorprendida. Te gustará, aunque tendremos que conseguir un lugar seguro.

—¿Qué hacías ahí? Preguntó llena de curiosidad.

—Me escondía. Sonrió recordando. Los primeros meses después del incidente, todo el mundo me tenía en la mira y bueno. Rió bajo y se encogió de hombros.

—Algún día te llevaré a Rusia y te llevaré a conocer algún bar de mala muerte para turistas. Bruce sonrió amplio.

—Seguro muero de hipotermia. Negó riendo.

—No, yo te abrazare todo el tiempo.

—¿Lo prometes? Ella asintió.

—Lo prometo. Se acercó a él y dijo un beso en su mejilla.

—Me gusta pensar que saldrás antes del parto. Natasha suspiro pesadamente.

Espero lo mismo. Le sonrió. Tienes que prometerme que pase lo que pase, tú intentaras seguir. La sonrisa del omega desapareció.

Eso suena a despedida. Dijo en un tono triste y ella negó.

Solo quiero que lo prometas. Tomo la barbilla del pelinegro y levanto su rostro. Por favor.

Lo prometo. Dijo entredientes y ella sonrió.

La puerta se abrió y un guardia entró asustando al omega, Natasha solo asintió y el hombre salió.

Aroma. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora