Natasha despertó al sentir el ronroneo de Bruce cerca de su oído, abrió los ojos para descubrir que el omega se encontraba prácticamente sobre ella, con una pierna sobre su cintura y aferrado a su cuello, se removió un poco intentando despertarlo suavemente.
Los ojos del pelinegro se abrieron perezosamente al sentir el beso que plantó la pelirroja en su frente.
—Buenos días. Hablo la pelirroja con la voz un poco rasposa.
—Buenos días. Respondió con una sonrisa antes de acomodarse de nuevo en el pecho de la espía. Quiero saber a qué hueles. Dijo entre dientes aún adormilado.
—Alguien me dijo que huelo como la lluvia. Se rió. Aunque no sé a qué huele.
—No. Levantó la cabeza para hacer contacto visual. No quiero que alguien más me lo diga, quiero averiguarlo por mi cuenta.
Natasha sonrió amplio al verlo quejarse de esa forma, acarició su rostro y negó.
—Soy una espía, nadie puede conocer mi aroma. Bruce se sentó en la cama para verla mejor.
—¿Nadie? Preguntó y ella asintió, Bruce frunció el ceño. Mmm, entonces, ¿Quién te dijo eso? Alzó una ceja cuestionando.
—Mi ex novia. Sonrió apretando los labios.
—¿Ex, tuviste novia? Ella asintió. ¿Y?
—¿Y qué? Preguntó después de reír.
—¿Qué pasó con ella? Natasha levantó una ceja sonriendo. Es curiosidad, quiero saber por qué terminó.
—Ella quería algo más.
—¿Marca? Ella negó. ¿Entonces?
—Un noviazgo real. Bruce la miro aún más confundido. Quería conocer a mis amigos, a mi inexistente familia, tener citas y todas esas cosas bobas. Rodó los ojos divertida. Y yo no soy ese tipo de pareja. Aseguró la espía.
Sí, la misma espía que anoche tuvo una "pre-cita"
—Ya veo. Asintió despacio. ¿Hace cuánto fue eso?
—Bastantes años, Bruce. Dijo antes de recargarse en el respaldo de la cama, miro la hora en el reloj de su pared y se quejó. Tengo que irme, Fury debe estar esperándome, no me da tiempo de ducharme. Bruce asintió.
—Supongo que regresaras tarde. Un pequeño puchero apareció en su boca.
—¿Por? Preguntó mientras cambiaba su ropa.
—Hemos desayunado y cenado juntos, pero la comida sigue pendiente. Le sonrió tímidamente.
—Te debo una comida. Dijo acercándose a él. Me gustaría decir que nos veremos en la noche pero no sé cuándo regresaré. Soltó suave.
—Lo sé. Intento sonreír. Desventajas de salir con una súper espía. Presumió y Natasha rió.
—Te veo luego, bonito. Tocó rápidamente la punta de la nariz del omega con su dedo índice. Trata de no enamorar a más personas. Dijo antes de besar a Bruce.
El pelinegro rodeo el cuello de Natasha obligándola a alargar el beso, una sonrisa apareció en la cara de la espía.
—Tienes que irte. Natasha asintió y se encaminó a la puerta.
—¡Mierda! Soltó ganándose un regaño del científico. Lo siento, olvide algo.
Después de un par de minutos salió del baño y camino de nuevo hacia el omega.
—¿Todo en orden?
—Sí, pero no puedo desaprovechar la oportunidad de un último beso. Dijo acercándose a él, cerro los ojos y señalo sus labios.
El omega rió y tímidamente se acercó a ella y la besó.
—Puedo irme. Dijo satisfecha.
—Espero que tengas un buen día en el trabajo. Soltó bajo.
—Despúes de eso, ten por seguro que será un gran día. Se despidió con una mano y salió de la habitación.
Natasha camino hasta la camioneta donde ya la esperaba Pietro junto a un muy desesperado Nick.
—Primera vez que llegas tarde, Romanoff. Soltó el hombre del parche, molesto.
—¡Hey! Amanecí de buen humor, no lo arruines. Los dos hombres la miraron sorprendidos.
—¿Podemos saber por qué? Preguntó Pietro burlón.
—Por primera vez alguien me deseo un buen día en el trabajo. Dijo con una gran sonrisa, ambos la miraron sin entender. Ya saben, cuando alguien te despide cuando te vas a trabajar.
—¿Hablas de cuando tu pareja está contigo desde que te preparas para ir al trabajo hasta que te vas? Preguntó Nick curioso.
—Hey, Fury. Dime si estoy loco o, ¿Natasha Romanoff está hablando de cosas que hace la gente enamorada?
Natasha cayó en cuenta de lo que había dicho y carraspeo nerviosa.
—¡De qué hablas! Soltó intentando ocultar su nerviosismo. Ustedes saben lo que pienso, el amor es para niños. Soltó con un falso enojo antes de ponerse los auriculares para comenzar a ignorarlos.
Bruce se estiró un poco sobre la cama antes de levantarse.
Decidió arreglar un poco la habitación antes de marcharse, acomodó la cama y recogió la ropa que había dejado la pelirroja.
Busco el cesto por toda la habitación y al no encontrarlo camino hasta el baño para averiguar si se encontraba ahí.
La habitación no tiene mucha decoración, las paredes perfectamente pintadas con un color gris y los muebles en un color negro.
Algunos cuadros pintados por Tony decorando las paredes y nada más.
Ni una sola foto, nada para saber más sobre ella.
Empujó la puerta del baño cómo pudo y miro el pequeño bote de ropa en una esquina.
—Ahora entiendo porque deja todo tirado, si tuviera el bote cerca del clóset seguro sería diferente. Pensó en voz alta.
Dejó la ropa en el cesto y acomodo un poco el tocador.
Una pequeña hoja de color rojo cayó en los pies del científico, la recogió y sonrió al ver de lo que se trataba.
"Me gusta escucharte hablar mientras duermes, porque de esa forma, me doy cuenta de lo puro que eres."
Bruce sonrió amplio pero un miedo se apoderó de su cuerpo de inmediato.
—Hable dormido, mierda. Tapo su boca con una de sus manos algo angustiado. Ay Bruce, seguramente quedaste como un imbécil. Regreso su mirada a la nota y volvió a sonreír. Pero valió la pena, hemos ganado una nota más. Cerro los ojos y suspiro antes de guardar la nota en su pantalón.
Recogió sus cosas de la mesita de noche y se detuvo un momento para mirar su celular antes de salir.
—Mierda. Repitió al ver las 350 llamas perdidas de Tony y otras 100 por parte de Steve. Oh Bruce, tienes mucho que explicar.
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Aroma. (Brutasha)
FanfictionDe tantos aromas sólo uno debe cautivarte, ese será tu verdadero amor.