Aroma. (Brutasha)

13

Bruce entro a la oficina de Natasha, al llegar noto el ambiente bastante tranquilo.

Tocó un para veces avisando su llegada, Natasha lo miro y asintió a modo de saludo.

—¿Puedo hablar contigo? Ella volvió a asentir y lo invito a sentarse. No te vi en todo el día.

—Estoy ayudando a Pietro con algunas cosas y bueno, salimos desde temprano. Sintió la necesidad de dar una explicación. ¿De qué quieres hablar?

—Me siento incómodo. Natasha lo miro sin entender. Por lo de ayer.

Natasha sacudió la cabeza despacio, suspiro y se recargo en el escritorio.

—Perdón, fue un error, no debí entrar de esa forma. Se disculpó pero Bruce negó.

—No, no es eso. Agachó la cabeza. Mmm, no sé cómo comenzar.

—Solo dilo.

—No sé cómo llamar lo que tenemos y se que llevamos muy poco tiempo en esto pero, siento que vamos un poco rápido. Natasha se puso alerta.

—Si necesitas espacio y tiempo, por favor, dímelo. Lo miro angustiada.

—¡No! Se sobresalto. Cuando se trata de ti no necesito espacio. Soltó avergonzado y con una pequeña sonrisa, el cuerpo de la pelirroja se relajo al escucharlo.

—¿Qué pasa, Bruce? Preguntó suave.

—Quiero preguntarte algo, pero es una cosa muy, muy ¿Rara? Se cuestionó. Quizá mi pregunta te parezca estúpida y posiblemente te incomode. Ella negó.

—Solo pregunta. Intento relajar al omega.

—Ayer, mientras sucedía eso, mmm. El sonrojo aumento. ¿Qué fue lo que pensaste?

—¿En verdad quieres saber eso? Contesto ella entre risas nerviosas.

—Necesito. Hablo serio, la preocupación regreso a la cara de Natasha cuando cayó en cuenta de la seriedad que estaba tomando el asunto.

—Dime a qué quieres llegar con esto. Solo unos meses le bastaron a la espía para descubrir que Bruce le da mil vueltas a los asuntos.

—¿En algún momento sentiste asco? Natasha abrió los ojos aterrada. ¿Te dio asco mi cuerpo? Preguntó en un hilo de voz.

La pelirroja guardo silencio, tardo un poco en aclarar sus ideas.

Si algo saben todos sobre Bruce es su nivel de inseguridad, aunque la alfa no pensó que llegara a esos extremos.

Asco.

Es una palabra muy fuerte.

Natasha trago saliva y rasco su nuca, se puso de pie y rodeo el escritorio para después ponerse en cuclillas frente a Bruce.

—Escucha. Tomó las frías manos del pelinegro y plantó un beso sobre los nudillos de cada una. Ayer, mientras te veía, sentí todo menos asco. Bruce guardo silencio, sentía un nudo enorme en la garganta. Me tuve que obligar a no tocarte porque si lo hacía para esta hora seguiríamos metidos en tu habitación. Logró sacarle una sonrisa a Bruce. Te lo dije antes, tienes que tener esa primera vez con alguien que pueda dejarte algo bueno, ya sabes, alguien que sepa amarte de la forma correcta. Rodó los ojos al decir la palabra "amarte", el omega rió al ver el gesto.