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Antes de salir Bruce se aseguró de que no hubiera nadie en el pasillo y camino a paso rápido a la habitación de los recién casados.

Tocó un par de veces y un Steve bastante pálido lo recibió.

El alfa se lanzó a él y lo envolvió en un abrazo, se separó un poco y tomó la cara del científico entre sus manos, lo miro para asegurarse de que estuviera bien, después de unos segundos mirándolo lo volvió a abrazar aún con más fuerza.

Ambos entraron a la habitación sin mencionar palabra y del baño salió un Tony con los ojos bastante hinchados.

Bruce se sintió culpable al ver el estado de sus dos amigos.

Tony camino despacio hasta quedar cerca de él, tomó las manos de su amigo y repitió la acción de Steve.

Lo miro a detalle, como buscando algo mal en él.

-Estoy bien. Aseguró el científico.

Los ojos de Tony comenzaron a aguadarse, abrazo a Bruce y comenzó a sollozar.

Bruce sintió como si le arrancaran una parte del corazón.

-Yo creí, creí que tú. Balbuceó sin poder detener el llanto.

-Creímos que tú te habías marchado, bueno, creímos que aún querías intentarlo. Bruce negó con la cabeza.

-Se que intentarlo es inútil, además, los tengo a ustedes, el suicidio es lo que menos tengo en mente. Intento tranquilizarlos.

Tony volvió a abrazarlo, acariciando sus negros rizos despeinados, Bruce no hizo el intento por separarse, permaneció así hasta que su amigo lo hizo.

-No me contestabas, no estabas en ningún sitio, yo creí... Dijo entre llanto, Bruce abrió sus brazos nuevamente y Tony acepto el abrazo. ¿En donde te metiste? Cuestionó un poco más tranquilo.

-Incluso pensé en preguntarle a Natasha por ti. Dijo Steve riendo, Bruce palideció por los nervios. Tony rastreo tu celular y aparecía aquí en la torre.

-Necesitaba caminar un poco, y bueno, sabes que no acostumbro llevar el celular a todos lados. Mintió. Cuando me di cuenta ya era muy tarde y preferí quedarme en un hotel. Asintió sonriendo nervioso.

-¿En cuál? Preguntó Tony con el ceño fruncido. Steve estuvo llamando a todos los cercanos.

-Mmm, en uno muy humilde. Rasco su nuca nervioso. Era más como una casa.

La pareja lo miro sin entender, Steve exhaló y camino hasta Tony para rodearlo por la cintura.

-Lo importante es que estás aquí. Tony asintió.

-Bueno, iré a tomar una ducha. Camino hasta la puerta y sonrió levemente. Perdón por hacerlos pasar un mal rato, no fue mi intención.

-Ya no te preocupes, en fin, no hay forma de regresar los 30 litros de lágrimas que derrame. Tony bromeó aún con la voz un poco quebrada, el científico rió antes de salir.

—¿Le crees? Yo no sabía que existían ese tipo de "hoteles". Hablo Steve.

—Ni un poco, Bruce no sabe mentir. Entrecerró los ojos pensando. Anda en algo y yo lo voy a descubrir. El capitán solo rió antes de besarlo.

Bruce camino hasta su habitación aún con la culpa taladrando su cabeza.

Tony llorando toda la noche y Steve buscándolo sin parar mientras él dormía cómodamente con Natasha, realmente merecía sentirse así.

Aunque, para ser sinceros, arrepentido no estaba.


Bruce estaba en el laboratorio cuando su celular sonó.

Miro la pantalla y al no reconocer el número prefirió ignorarlo.

15 llamadas después, un poco fastidiado, tomó el teléfono y contesto.

—Doctor Banner. Hablo muy formal.

—Hola, bonito. Las mejillas del omega se llenaron de color al escuchar quién hablaba.

—Hola. Contesto nervioso.

Natasha sonrió al escucharlo, habían dormido juntos, incluso lo había visto de una forma muy poco habitual y aún así, él se pone nervioso cada que tienen algún tipo de contacto.

—¿Interrumpo?

—No, nunca. Hablo rápidamente.

—¿Cómo va tu tarde? La mía va bastante aburrida, creo que me arruinaste, Bruce. Dijo seria, el omega frunció el ceño un poco preocupado.

—Mi tarde iba bien hasta que soltaste lo último, ¿Te arruine? Su tono fue bajo.

—Sí, creo que ya no podré ser una espía.

—No entiendo, ¿Qué quieres decir? Su voz se quebró un poco haciendo que Natasha se sintiera mal.

—No puedo concentrarme, en lo único que pienso es en lo lindo que eres y en lo bien que se siente besarte. 

Bruce exhaló aliviado, se ruborizó y comenzó a apretar algunas letras al azar en el teclado de la computadora intentado calmar sus nervios.

—Entonces debemos dejar lo nuestro. Soltó entre risitas.

—Supongo. Rió un poco, Bruce escucho como se separó del teléfono para hablar con alguien. Tengo que irme, de hecho no tendría que estar hablando contigo pero, supongo que extrañaba tu voz. Bruce rió, la pelirroja pudo notar lo nervioso que estaba.

—Ve a trabajar ahora. Natasha rió. Te quiero. Soltó rápidamente antes de colgar la llamada.

Posiblemente ella hubiera contestado con algo igual, pero ahora, Bruce nunca lo sabrá porque no le dio la oportunidad, simplemente colgó.

Y es que él no está listo para aceptar que ella no lo quiere, ni logrará quererlo.

Por ahora prefiere vivir la fantasía, imaginar que su historia de amor realmente funcionará.

Quiere y necesita disfrutar la chispa del momento, por ahora la pelirroja siente algo por él, no importa que sea simple atracción, pero lo siente y quiere concentrarse en lo bien que se siente eso.

Aunque le gusta pensar que en algún momento podrán comenzar una vida juntos, así como Tony con Steve, pero él sabe que no pasará, que es imposible, Natasha merece más de lo que él puede ofrecerle, y esa es la realidad. O bueno, eso es lo que él cree.

La tarde comenzó a caer y Bruce decidió que era tiempo de comer algo.

Paso a la cocina por un plato del spaghetti que había preparado Visión, sí, el científico tiene una cocina en su habitación pero ninguno de sus doctorados le sirve para hacer comida decente.

Dejó el plato sobre su escritorio y camino hasta su cocina para preparar un poco de café.

Encendió las luces y dio un par de pasos hacia atrás sorprendido al ver a Natasha sentada en su comedor.

Se quedó sin aire al ver los dos platos de comida sobre la mesa.

—Te debía una comida, soy alguien de palabra. Se puso de pie y camino hasta el omega, tomó su barbilla y lo acerco a ella. Es de pésima educación colgar el teléfono cuando alguien esta a punto de decirte un te quiero. Sonrió y junto sus labios con los del pelinegro. Por cierto, te quiero, Bruce.

Aroma. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora