16

1K 106 34
                                    

Un brillo apareció en los ojos de Bruce, Natasha pudo notarlo y una sensación placentera se apoderó de su cuerpo.

El omega sonrió apretando los labios sin romper el contacto visual.

Algo tan simple como un "Te quiero" convirtió un momento normal en algo más íntimo.

Un silencio cómodo inundó la habitación, quizá solo fueron segundo o quizá pasaron varios minutos, no importa, para ellos fue algo fugaz.

El omega se puso de puntitas y sorprendió a Natasha con un beso.

—No sabía que eras tan atrevido. Bromeó la pelirroja una vez que Bruce se separó.

—Ni yo. Soltó tímido.

—Me gustaría quedarme aquí de pie mirándote pero la comida se enfría. Dijo señalando la mesa, Bruce asintió y se sentó frente a ella. No se que es lo que te gusta así que improvise.

Un filete de pollo perfectamente cocido, un poco verduras al vapor y una porción de puré de papa. Natasha sí que se sentía orgullosa.

—¿Lo cocinaste tú? Preguntó Bruce sorprendido.

—Sí, ¿Se ve mal? Hablo un poco preocupada.

—¡No! Se ve perfecto. Contesto entre risas. No tan perfecto como tú. Soltó por lo bajo.

—¿Eso fue un halago? Preguntó antes de meterse un pedazo de zanahoria a la boca.

—Supongo. Dijo ruborizado.

—No sé que hice para merecerlo pero espero seguir haciéndolo. Corto un pedazo del filete sin dejar de mirarlo.

—Wow. Soltó mientras probaba el puré. No sabía que eras tan buena cocinando. Imitó la acción de Natasha y se metió un poco de filete. Mi mamá solía decir que los buenos cocineros siempre tienen manos ágiles.

—La agilidad de mis manos no solo sirve para cocinar. El pelinegro entendió el doble sentido de inmediato y se removió nervioso en su asiento.

—Supongo que tendré que preguntarle a tu ex novia. Hablo remarcando las últimas palabras.

—¿Acaso esos son celos? Preguntó riendo.

—No lo sé, quizá, deberías preguntarle a tu ex novia. Dijo serio sin mirarla, ella se atragantó y lo miro con una sonrisa divertida.

—Creo que tengo su número en mi móvil. Alzó ambas cejas. Quizá este desocupada, ¿Me permites un momento? Saco su celular y fingió hacer una llamada.

—¡Oye! Grito Bruce y le lanzó la servilleta a la cara, ella solo estalló en risas.

—¿Estás celoso? Bruce rodó los ojos.

—No. Dijo antes de morder ferozmente un pedazo del filete. ¿Por ti? Nunca.

—Entonces, ¿Puedo hacer la llamada? Se burló descaradamente.

—Intentalo y te juro que de aquí no sales. Entrecerró los ojos intentado parecer amenazador pero solo provocó un sentimiento de ternura en la pelirroja.

—No salir de aquí, creo que es un riesgo que me gustaría tomar.

—¿Si? El omega limpio las comisuras de su boca antes de dejar los cubiertos sobre el plato a medio terminar.

Aroma. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora