•Capítulo tres•

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Julia
Han pasado más de veinticuatro horas desde que llegué aquí, ya tengo mi habitación completamente ordenada, he conocido a gente nueva y he descansado, incluso me he ganado a un enemigo...
Carlos... no he hablado con él desde la biblioteca, tampoco tengo intención de hacerlo, ayer por la noche no bajó a cenar y esta mañana se estaba yendo del comedor cuando yo me he sentado con mi desayuno, así que por ahora voy bien en eso de intentar evitarlo a toda costa.
He hablado con Rodrigo sobre el tema y dice que se andará con cuidado, pero que no va a dejar de hablar con él tan radicalmente como yo; espero que no le pase nada malo, nunca me lo perdonaría.
Ahora me encuentro en mi habitación preparándome para salir, hace menos de media hora Alba me llamó para decirme que si quería ir a dar un paseo por Madrid con el grupo, acepté enseguida, tengo que aprender a orientarme mejor por esta nueva ciudad y  si salgo a dar una vuelta con personas que ya llevan un año aquí me será mucho más fácil.
Mi móvil suena indicándome que tengo un mensaje, enciendo la pantalla y veo que es Marta.
||Marta||: Julia! En cinco minutos nos vemos en la puerta de la residencia.
Decido bajar en seguida, no quiero ser la última en llegar y además ya estoy lista, por lo que cojo mi bolso y bajo hasta la entrada.
Cuando llego a la entrada veo que Rodrigo también ha llegado ya, no tenemos conexión de mellizos pero se ve que pensamos lo mismo; cuando me acerco a él veo que está hablando con Carlos, no puedo evitar ponerme seria al verlo y una sensación de enfado me invade.
—Hola Juls —saluda Rodrigo.
—Hola... —respondo sin separar la mirada de Carlos.
Él sigue con esa sonrisa divertida que tenía ayer, no entiendo que es lo que le hace gracia del asunto.
Se forma un silencio un tanto incomodo, Carlos y yo no paramos de mirarnos, y Rodrigo está sin saber muy bien que hacer.
Por fin aparecen Alba, Marta, María y Miki, todos empezamos a hablar entre nosotros y yo intento mantenerme lo más alejada posible de Carlos.
Nadie parece darse cuenta de que lo estoy evitando hasta que paramos a comer en un restaurante americano, él se sienta justo en frente mía y no entiendo porqué no para de mirarme, yo no le presto atención y continúo hablando con los demás como si nada, me siento bastante integrada.
—¿Y por que habéis venido a esta residencia? —nos pregunta Maria a Rodrigo y a mi.
—Nuestros padres estudiaron aquí—respondo yo.
—Anda, como el de Carlos —comenta Alba.
Me pongo seria al instante, se que ellos no tienen culpa de nada, pero no puedo evitar sentir un enorme rechazo hacia el padre de Carlos, y de rebote hacia él también.
—¿Qué te pasa Julia? —pregunta Carlos mirándome divertido.
—Lo sabes muy bien...
Todos nos miran extrañados, no entienden nada, y es normal, Carlos se lo está tomando todo a broma. Ninguno dice nada así que finalmente habla Rodrigo.
—Digamos que nuestras familias no tenían muy buena relación... pero entre nosotros está todo bien.
—No mientas, Carlos no me transmite confianza.
—Carlos es más bueno que el pan —dice Miki.
—Te acabaré cayendo bien, ya verás.
No sabe lo equivocado que está...

No confío en ti ||Julright||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora