•Capitulo veintiseis•

572 26 21
                                    

Carlos
Ya es veintiocho de diciembre, y aún no se que hacer con mi situación.
Estoy intentando disfrutar de la navidad, de verdad que lo estoy intentando, pero me es imposible con todas las cosas que tengo en la cabeza.
Mi padre no ha cambiado de opinión, sigue diciéndome que debo cortar con Julia, pero no puedo, cada vez que la llamo y escucho su voz tan feliz me es imposible no sonreír, ella está disfrutando y no quiero verla mal.
Ahora estoy en el jardín de mi casa, sentado en el césped con mi guitarra, quiero estar solo y pensar, pero me es complicado ya que mi padre aparece caminando hacia mi.
—Llevo un rato buscándote —dice sentándose a mi lado —estos últimos días te veo demasiado serio.
—¿Por qué será? —pregunto con ironía —me estas destrozando la vida.
—Eres un exagerado, solo quiero lo mejor para ti.
—¿Me estás hablando enserio?, sabes perfectamente lo que estás haciendo.
Miro a mi padre y veo su rostro impasible, él ha hecho muchas cosas malas y aún así se comporta como si nada, parece que le da igual, a veces pienso que no tiene corazón.
—Quiero que rompas con esa chica por una buena razón, ¿enserio piensas que es bueno para ella relacionarse contigo?
—La estoy manteniendo apartada de mi vida.
—No me lo creo, seguro que le has contado lo de dinero.
Me quedo callado unos segundos, cosa que mi padre interpreta como un si, lo veo sonreír un poco y después continua hablando.
—Esos matones pueden ir a por ella perfectamente, ¿enserio quieres encontrarte un día con que le han pegado?
—No —respondo con un hilo de voz, una de las cosas que más me aterra es que le pase eso.
—Por no hablar del odio que hay entre las familias, su padre nunca te aceptaría.
—Eso me da igual.
—Te da igual ahora, pero cuando él se entere hará todo lo posible por separar a su hija de ti.
No se que decir, aunque no quiera admitirlo mi padre tiene razón, no soy bueno para Julia y nunca lo he sido.
—Lo mejor es que cortéis ahora, cuanto más tiempo más duro será.
Lo único que consigo hacer es asentir, me duele muchísimo esto, pero es verdad que es lo mejor para los dos, siempre me ha sido dificil lidiar con los problemas de mi padre, pero al fin y al cabo si me pasaba algo era yo el que sufría, ahora está Julia y si le pasase algo por mi culpa me sentiría la peor persona del mundo.
Mi padre se levanta después de darme una palmada en el hombro, lo veo marcharse con la expresión igual de impasible que antes.
Saco el móvil de mi bolsillo y me quedo mirando la pantalla durante unos segundos, suspiro intentando retener las lágrimas.
Tengo que hacerlo, es lo mejor.

Julia
Mis padres han salido a dar un paseo y Rodrigo está en su habitación hablando con Marta, así que tengo la casa prácticamente para mi solita.
Pongo la música a todo volumen y me tumbo en la cama mientras miro mis redes sociales, hoy me siento especialmente feliz.
Pasan unos minutos hasta que recibo una llamada de Carlos, me levanto de la cama para bajar un poco la música y después descuelgo.
—¡Hola guapo! —exclamo sonriente.
—Hola... —contesta el con una voz bastante apagada.
—¿Estas bien? ¿Has hablado con tu padre?
—Si... es complicado.
—Cuéntame —digo apagando del todo la música.
—No me va a dar el dinero, al menos por ahora.
—No pasa nada, podemos buscar una solu...
—No te llamaba por eso —comienza el cortándome —quería decirte algo.
Toda la felicidad que tenia se me disipa al instante, el corazón me empieza a latir con fuerza, estoy muy asustada.
—No podemos seguir juntos.
Cuatro palabras que hacen que mi corazón se rompa en mil pedazos y sin poder evitarlo empiece a llorar.
—¿Que dices? Estábamos bien juntos, no me importa lo del dinero, no tengo miedo.
—Lo se, pero...
—Tu padre te ha lavado la cabeza ¿verdad? —las lágrimas corren por mis mejillas y me cuesta hablar fluidamente —te ha convencido para que cortes conmigo.
—No ha sido eso...
—Eres un mentiroso, ¿enserio me vas a dejar por culpa de tu padre?
Se produce un silencio que dura unos segundos, que a mí se me hacen horas, Carlos tiene la última palabra, y espero que piense con conciencia.
—Lo siento, no te quiero.
Y ahora si que si me rompo en mil pedazos, me siento engañada, Carlos ha estado fingiendo todo este tiempo, sabía que no debía confiar en el.
—Me he enamorado de ti a pesar de todo, llevamos muy poco juntos y te he querido más que a ninguno, y en cambio tú dices, lo siento, no te quiero ¿y ya está? ¿Nunca has sentido nada?
Me quedo callada y en ese momento me doy cuenta de que Carlos ha colgado. Suelto el móvil con rabia y me limpio las lágrimas que no paran de salir, nunca había estado tan enamorada de alguien.
Escucho la puerta de mi habitación abrirse y veo la cabeza de Rodrigo asoma, cuando ve mi estado enseguida corre a abrazarme, no se cuanto tiempo estoy llorando mientras que mi hermano intenta calmarme acariciandome la espalda, cuando por fin estoy un poco más tranquila habla.
—¿Que te ha pasado?
—Hemos terminado —es todo lo que alcanzó a decir, pero Rodrigo lo entiende.
—No sabe lo que hace, está demasiado influenciado.
—No me quiere, lo ha dicho.
—No es verdad, ¿sabes cuantas conversaciones sobre ti he tenido con el? Nunca había visto a alguien tan enamorado.
Intento sonreír pero todo lo que consigo es volver a llorar, me siento completamente destrozada.

No confío en ti ||Julright||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora